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miércoles, 5 de septiembre de 2018

ADEMAS DE LOS GENES LA ESPERANZA DE VIDA DEPENDE DE LA CONTAMINACIÓN



Imagen extraída de : https://en.wikipedia.org/wiki/Air_pollution


Está de moda la contaminación de los motores de explosión. Por ejemplo el diésel contamina menos en dióxido de carbono (que contribuye al calentamiento global) que el de gasolina, pero contamina mucho más en dióxido de nitrógeno; que es más peligroso para la salud.
La contaminación del aire se produce cuando se introducen cantidades nocivas o excesivas de sustancias, incluidos gases, partículas y moléculas biológicas en la atmósfera de la Tierra. Puede causar enfermedades, alergias e incluso la muerte a los humanos; también puede causar daño a otros organismos vivos, como animales y cultivos alimenticios, y puede dañar el entorno natural o construido. Tanto la actividad humana como los procesos naturales pueden generar contaminación del aire.
La contaminación del aire interior y la mala calidad del aire urbano figuran entre los dos problemas de contaminación tóxica más graves del mundo en el informe The Worst Places Contaminated del World's Worst Institute 2008.  De acuerdo con el informe de 2014 de la Organización Mundial de la Salud , la contaminación del aire en 2012 causó la muerte de alrededor de 7 millones de personas en todo el mundo, una estimación más o menos de la Agencia Internacional de Energía.
Cada vez hay más estudios que prueban que la contaminación, el ruido o las prisas pasan factura a nuestro organismo.El máximo de nuestra longevidad depende de nuestros genes, pero puede acortarse dependiendo del entorno, en particular la contaminación atmosférica.
La buena noticia es que es posible contrarrestar sus efectos nocivos. Agosto queda atrás y arranca la empinada cuesta de septiembre.
Para los que hoy cambien la costa y la montaña por el metro y la oficina, hay buenas y malas noticias. La buena es que la ciencia demuestra que, pasados unos días, la rutina se retoma con facilidad. La mala es que cada vez más estudios prueban que, una vez digerida la morriña vacacional, la vida urbana tiene efectos nocivos sobre nuestro organismo.
Por decirlo claro: la ciudad perjudica seriamente nuestra salud. Expertos como el epidemiólogo Manuel Franco, profesor de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EEUU), señalan cuatro dolencias que, como los cuatro jinetes del apocalipsis urbano, enferman a la población: dolencias cardiovasculares, cáncer, diabetes y afecciones respiratorias. Y las cuatro están directamente vinculadas con vivir (o, quizá sobrevivir) entre polución atmosférica en ciudades.
El daño para la salud depende de la exposición al agente, la edad y el estado fisiológico de la persona. La exposición es más dañina especialmente bebés, niños, mujeres embarazadas y otras subpoblaciones sensibles.
La exposición a un contaminante atmosférico de las concentraciones del contaminante atmosférico con respecto al tiempo empleado en cada entorno y la actividades particulares (juego, cocinar, leer, trabajar, pasar tiempo en el tráfico, etc.). Por ejemplo, la tasa de inhalación de un niño pequeño será menor que la de un adulto. Un niño que realiza ejercicio vigoroso tendrá una tasa de respiración más alta que el mismo niño en una actividad sedentaria.
Para algunos contaminantes, como el carbón negro , las exposiciones relacionadas con el tráfico pueden dominar la exposición total a pesar de los tiempos de exposición cortos, ya que las altas concentraciones coinciden con la proximidad a las carreteras principales o la participación en el tráfico (motorizado).
La contaminación del aire es un factor de riesgo significativo para una serie de enfermedades relacionadas con la contaminación , incluidas las infecciones respiratorias , las enfermedades cardíacas , la EPOC , los accidentes cerebrovasculares y el cáncer de pulmón.
Los efectos en la salud causados ​​por la contaminación del aire pueden incluir dificultad para respirar, sibilancias, tos, asma y empeoramiento de las afecciones respiratorias y cardíacas existentes.
Estos efectos pueden dar como resultado un aumento en el uso de medicamentos, aumento en el número de médicos o en el departamento de emergencias visitas, más ingresos hospitalarios y muerte prematura.
Los efectos en la salud humana de la mala calidad del aire son de gran alcance, pero afectan principalmente el sistema respiratorio y el sistema cardiovascular del cuerpo. Las reacciones individuales a los contaminantes del aire dependen del tipo de contaminante al que está expuesta una persona, el grado de exposición y el estado de salud y la genética del individuo. Las fuentes más comunes de contaminación del aire incluyen partículas, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Los niños menores de cinco años que viven en países en desarrollo son la población más vulnerable en términos de muertes totales atribuibles a la contaminación del aire en interiores y exteriores. «Lo que más afecta a los humanos es el ozono, el dióxido de nitrógeno, las PM10 (partículas con un diámetro menor a 10 micras) y las PM 2,5 (menores de 2,5)», señala el epidemiólogo David Rojas, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), impulsado por la Fundación Bancaria 'La Caixa'.
Dañan el sistema respiratorio, el cardiovascular (provocan infartos), el cerebro vascular (ictus), el metabólico (diabetes) y afecta al embarazo (bajo peso de los bebés al nacer y más partos prematuros)», enumera este especialista.
Para paliar el efecto negativo hay varias alternativas que pasan por incrementar las zonas verdes en ciudades, cambiar a energías más limpias, hábitos más saludables (ejercicio físico, alimentación saludable, evitar exposición a contaminantes, etc.).
La contaminación lumínica es otro factor de riesgo. Y en las grandes ciudades españolas esto es importante. Lo mismo que la contaminación acústica.
La contaminación lumínica ya se considera un factor dañino en las ciudades a la altura de la polución. Varios estudios, como el del doctor Charles Czeisler, de la Escuela de Medicina de Harvard, han constatado que los aumentos de los niveles de luz artificial producen alteraciones de los procesos fisiológicos. También se ha demostrado que afecta a los ciclos de sueño y a algunas funciones neuroendocrinas como la secreción de cortisol y melatonina.
Varias investigaciones señalan la supresión de la síntesis de melatonina como consecuencia directa de la exposición a la luz artificial nocturna. Cuando el desajuste es crónico, se conoce como cronodisrupción. A su vez, esta alteración se relaciona con enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, deterioro cognitivo, insomnio o envejecimiento acelerado.
Conclusión: cierren las persianas, bajen las luces de casa y, sobre todo, eviten las pantallas, tanto de móvil como de ordenador, antes de irse a dormir.
El panorama actual no es muy diferente, pues la causa principal de la contaminación acústica es el tráfico rodado.
La Agencia Europea del Medio Ambiente calcula que casi 32 millones de europeos sufre molestias por el ruido, 13 millones padece trastornos del sueño y se producen 16.600 muertes prematuras y 72.000 hospitalizaciones al año por esta causa. Mientras, un estudio de ISGlobal estima que, sólo en Barcelona, se producen más de 1.200 fallecimientos al año atribuibles a la contaminación del aire o a los niveles de ruido.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) marca un límite máximo de ruido exterior al que deberíamos estar expuestos: 55 decibelios de día y 40 de noche. Las personas que soportan de manera continuada el ruido sufren molestias y altos niveles de estrés, alteraciones de sueño, reducción de la capacidad cognitiva y un elevado riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y respiratorias.
Asimismo, se ha demostrado que el estrés y las alteraciones del sueño pueden ocasionar alteraciones hormonales que provocan enfermedades como diabetes. También existen estudios que relacionan el ruido con la pérdida auditiva y los trastornos en el desarrollo fetal y de los recién nacidos.
Para mitigar los efectos nocivos de la contaminación acústica en la ciudad, hay soluciones. Los ayuntamientos ya impulsan campañas de sensibilización, de movilidad sostenible o medidas como el apantallamiento acústico o el asfalto poroso. Y siempre quedan los tapones.
Extraido de:



1 comentario:

Dose Pharmacy dijo...

Thank you very much for a wonderful resource !!!