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martes, 19 de mayo de 2015

MALOS HABITOS QUE ENGORDAN



Comer lo recomendado de grasas no engorda… pero hay malos hábitos que si lo hacen

Lo que engorda es el exceso de calorías absorbidas con respecto a las calorías consumidas (en función del ejercicio físico y del estilo de vida). El exceso de azúcares y los carbohidratos (glúcidos) son los que más engordan, ya que alteran el metabolismo y el apetito. Pues bien, la mayoría de los productos “0% materia grasa” tienen de ellos.

Hay el triple de niños con sobrepeso u obesos que antes dado que toman más azúcares en forma de galletas, caramelos, refrescos, meriendas de todo tipo, pero también en forma de cereales refinados, que dicen ser buenos por su pobre contenido en grasas.

En el colegio los niños aprenden que un gramo de lípido (grasa) aporta el doble de calorías que un gramo de glúcidos (azúcar) y que para reducir la ingesta de calorías lo más eficaz es entonces reducir las grasas.
A continuación tiene 16 malos hábitos extraídos del programa Eat This, Not That (Coma esto, no aquello). (1)
Tome nota de ellos para abandonarlos inmediatamente, haga mas ejercicio y podrá lograr así salir del infierno nutricional y recuperar su peso natural.

 Mal hábito nº1: Comer sin grasas

  Parece un disparate, pero por el bien de nuestra salud, nos interesa dejar de comprar productos con la etiqueta “0% materia grasa” o “bajo contenido en grasa”. Menos materia grasa a menudo quiere decir “más glúcidos” en forma de harinas y espesantes, que provocan un pico de azúcar en la sangre, un pico de insulina, y justo después, un ataque brutal de apetito.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham (Estados Unidos) han comprobado que las comidas que contienen un 55% de glúcidos sacian menos y provocan un incremento mayor del nivel de azúcar en la sangre que las comidas en las que la ingesta de glúcidos está limitada a un 43%. (2)

Mal hábito nº2: Dormir demasiado o no lo suficiente

  Según los investigadores de la Escuela de Medicina de Wake Forest en Estados Unidos, las personas que duermen 5 horas o menos acumulan 2,5 veces más grasas abdominales que las demás. (3)
 
Mal hábito nº3: Comer en el restaurante el "picoteo" que no ha pedido

  Puede que en los restaurantes el pan, las salsas, y a veces las patatas fritas y los aperitivos que le ponen en la mesa sin pedirlos sean gratis, pero eso no quiere decir que no lo vayamos a “pagar”. Cada vez que comemos un currusco de pan, estamos añadiendo 80 calorías a nuestro almuerzo. Si comemos tres trozos de pan a lo largo de la comida, ya tendremos 240 calorías adicionales.

Mal hábito nº4: Beber refrescos

  Las bebidas con gas, azucaradas, que hace 40 años prácticamente no existían en Europa, se han convertido en algo habitual para muchos niños y adultos. ¿Por qué son tan malas? Porque beber 1 ó 2 refrescos al día aumenta el riesgo de tener sobrepeso o ser obeso en casi un 33%, según demostró un estudio ya en el año 2005.

  Mal hábito nº5: Comer demasiado rápido

  Si esa maravillosa creación que es nuestro cuerpo tiene un defecto es el siguiente: que el estómago tarda 20 minutos en decirle al cerebro que tiene suficiente comida. Comemos y tenemos el estómago lleno, pero el cerebro aún no lo sabe. ¡Sigue enviándonos mensajes de hambre! Un estudio del Journal of the American Dietetic Association ha comprobado que las personas que comen despacio absorben 66 calorías menos por comida. Y aún así, en comparación con las personas que comen rápido, ¡tienen la sensación de haber comido más!. (4)

  Mal hábito nº6: No dar importancia a lo que come

  Cuando unos investigadores canadienses enviaron recomendaciones alimenticias y de estilo de vida a más de 1.000 personas, comprobaron que éstas habían empezado a comer mejor y a hacer más ejercicio físico en su vida diaria. Como era de esperar, los hábitos de aquellos que no recibieron nada… no cambiaron.


  Mal hábito nº7: Ver mucha televisión

  Un estudio de la Universidad de Vermont, en Estados Unidos, ha comprobado que las personas con sobrepeso que disminuyen a la mitad el tiempo que pasan delante de la televisión queman 119 calorías más al día, lo que significa un total de 6 kilos menos al año. Este dato se consiguió gracias a un aparato que apagaba de forma automática la televisión. (5)

  Cuando esté viendo la televisión, intente al menos hacer alguna cosa como pelar verduras o cualquier otra actividad manual.

  Mal hábito nº8: Pedir menú en el restaurante

  Un estudio de la publicación americana Journal of Public Policy & Marketing demuestra que, cuando pedimos a la carta, ingerimos 100 calorías menos que tomando un menú. ¿Por qué? Porque al pedir un menú, tenemos “derecho” a comida que no necesariamente habríamos pedido si hubiéramos podido elegir o si hubiéramos tenido que pagar por ella en concreto. (6)

  De esta manera, esa tendencia tan natural de querer que nos den lo máximo posible por nuestro dinero es la que nos lleva a aceptar en el restaurante un refresco, un “chupito” o unas patatas fritas, que no necesariamente habríamos tomado si hubiéramos tenido que pedirlo (y pagarlo) por separado.

  Mal hábito nº9: Comer en platos grandes

  Un estudio ha confirmado que, cuando se da a elegir, el 98% de las personas obesas elige el plato más grande para servirse la comida. Y es automático: cuanto más grande es el plato, más grande es la ración que nos servimos.

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  Nutriterapia: ¿Sabía que tomar un plátano (no demasiado maduro) al día puede ayudarle a prevenir la hipertensión arterial, las arritmias y protegerle contra el infarto?


  Mal hábito nº10: Poner las fuentes de comida en la mesa

  Sírvase el plato en la cocina y diríjase a continuación a la mesa del comedor, pero sin colocar ahí las fuentes de comida. Si come en la cocina, instálese dando la espalda a las fuentes para evitar avivar el apetito mientras come. Cuando estamos obligados a levantarnos para ir a la cocina y servirnos, nos lo pensamos dos veces. (7)

  Mal hábito nº11: Elegir pan blanco

  Un estudio del American Journal of Clinical Nutrition ha comprobado que cuando las personas obesas sustituyen el pan y los productos fabricados con harina blanca por pan y productos fabricados con cereales integrales, pierden más grasa abdominal durante 12 semanas. Sin duda, existen varios factores implicados, pero el principal es que los cereales integrales son difíciles de digerir y aportan más vitaminas y minerales.
 
Mal hábito nº12: Comer bocados grandes

  La revista American Journal of Clinical Nutrition ha comprobado que las personas que toman bocados más grandes consumen un 52% de calorías más por comida que las que toman pequeños bocados y mastican mucho. Al cortar los alimentos en trocitos, la sensación de estar saciados es mayor y sacamos más provecho a lo que comemos.

  Mal hábito nº13: beber antes de la comida

  El agua ocupa espacio en el estómago y contribuye a la sensación de saciedad. En un estudio de la Universidad de Utah, las personas que estaban a dieta para adelgazar y tenían que beber dos vasos de agua antes de cada comida perdieron un 30% más de peso que el resto. (8)

  Mal hábito nº14: Olvidarse de la báscula

  Pesarse con frecuencia en la báscula refuerza nuestras posibilidades de alcanzar el objetivo de bajar de peso y dificulta que hagamos trampa. Cuando unos investigadores de la Universidad de Minnesota estudiaron a personas que se pesaban todos los días, se dieron cuenta de que estas personas perdían peso el doble de rápido que las demás. (9)

  Para evitar errores de valoración por variaciones naturales de peso, pésese siempre a la misma hora.

  Mal hábito nº15: Beber zumo de fruta

  Beber un zumo de manzana no equivale a comerse una manzana, ni un zumo de naranja equivale a una naranja.

  Según un reciente estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, publicado en el British Medical Journal, beber tres zumos de fruta a la semana eleva el riesgo de sufrir diabetes en un 8%, mientras que comer tres piezas de fruta disminuye el riesgo de diabetes en un 7%. Este porcentaje llegaba al 12% en el caso del pomelo, al 14% en el de las manzanas y peras, e incluso al 19% en el caso de las uvas. (10)


  Mal hábito nº16: Comer bajo el efecto de las emociones

  Un estudio de la Universidad de Alabama ha comprobado que las personas que reconocen comer como reacción a un estrés emocional tienen un riesgo 13 veces mayor de sufrir sobrepeso o ser obesos. Si tiene la sensación de que come para compensar el estrés, intente beber agua, dar un paseo o, si eso no le resulta suficiente, masticar un chicle sin azúcar (como un mal menor).

  ¡Qué frecuentes son estos malos hábitos!, ¿verdad? Y qué sencillo a su vez es concienciarse y ponerles fin desde hoy mismo. Seguro que ahora mismo tiene en mente a alguien de su entorno que comete alguno de estos malos hábitos
¡A su salud!
Juan-M Dupuis

BIBLLIOGRAFIA

  1. « Eat This, Not That, The No-Diet Diet »
  2.  The Endocrine Society (24 junio 2011). « Cut down on ‘carbs’ to reduce body fat, study authors say ». Science Daily. Consultado el 25 noviembre de 2013. 
  3. Wake Forest University Baptist Medical Center (5 marzo 2010). Extremes of sleep related to increased fat around organs. Science Daily. Recogido el 25 noviembre 2013, desde http://www.sciencedaily.com /releases/2010/03/100301091302.htm

Ver articulo en:
http://www.saludnutricionbienestar.com/malos-habitos-engordar/

domingo, 3 de mayo de 2015

HALLAN UN SOLO MEDICAMENTO PARA TRATAR CINCO ENFERMEDADES



Según las encuestas, la población española considera que la salud es el bien mas preciado que poseemos; y según demuestran cada día las publicaciones y los estudios científicos; el mantener la salud depende no solamente de nuestra buena herencia genética, sino también de los hábitos de vida saludables, la nutrición correcta y el tener una vida activa. El cáncer ocasiona un tercio de las muertes prematuras, la enfermedad cardiovascular otro tercio. La mayoría de las muertes prematuras son evitables, así como la mayoría de las enfermedades crónicas (hipertensión, obesidad , diabetes tipo II, osteoporosis, etc.), con un estilo de vida saludable, siendo lo mas importante la actividad física regular.

La nutrición influye sobre la salud a lo largo de todo el ciclo vital, siendo aconsejable la prevención precoz, que empieza en la infancia y adolescencia cuando en pleno desarrollo se van formando los huesos y los músculos. Los hábitos saludables (alimentarios y de ejercicio físico) se establecen en estas fases tempranas de la vida. y repercuten en fases posteriores de madurez y ancianidad.

La mejor forma de activar los genes beneficiosos que nos protegen de las enfermedades crónicas es a través de la practica regular de buenos hábitos (actividad física, control del estrés y alimentación saludable).
Por el contrario los genes y las mutaciones de genes que promueven el tabaquismo, sedentarismo, exceso de peso, consumo excesivo de grasas “trans”, la ansiedad y otros factores de riesgo , nos procuran a largo plazo las enfermedades crónicas mencionadas.
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Cada persona tiene una herencia genética, pero el fenotipo está determinado no solamente por los genes, sino por como éstos se expresen debido a la interacción con el medio.
Durante la práctica del ejercicio físico se activan centenares de genes que desencadenan los procesos catabólicos que permiten al músculo generar la energía para las contracciones y al finalizar el ejercicio, desencadenar los procesos anabólicos necesarios para la recuperación de depósitos de substratos (glucógeno) y la reparación de los posibles daños musculares; por medio del descanso y de la restauración.  Estos procesos pueden servir para prevenir y corregir desarreglos metabólicos de las personas (tales como obesidad, hipertensión arterial y diabetes tipo 2).
El remedio para prevenir y mitigar estas enfermedades es la práctica regular de ejercicio físico, es barato y sin reacciones adversas.