Imágenes extraidas de Pixabay
Todos sabemos por experiencia propia que cuando estamos cansados y
estresados cometemos mas errores y el rendimiento intelectual y físico baja
considerablemente.
El estrés aumenta la probabilidad de sufrir lesiones en los deportistas de élite. Lo mismo ocurre con el sobre-entrenamiento Mas entrenamiento es mejor, pero hasta un cierto limite. Si se llega al sobre-entrenamiento el rendimiento baja, la fatiga no nos abandona y la motivación y la moral quedan por los suelos.
Es pues de suma importancia saber cual es el umbral del estrés, por debajo
del cual no se puede ganar la competición, pero por encima del cual se cometen
errores y se pierde la competición.
Están de moda dos marcadores fisiológicos que nos permiten determinarlo
para cada persona; porque esto, como todo en la vida, depende de cada uno, de
su dotación genética y de su entrenamiento.
Hay gente que se crece en la dificultad y funciona bien con estrés. Otros,
por el contrario, no toleran las dificultades y en situaciones de estrés están
paralizados o no funcionan debidamente.
La hormona testosterona es
necesaria para el correcto funcionamiento del cerebro y de todo el cuerpo en
general. Cuanto mas altos son los niveles de testosterona mas retos podemos
afrontar. El macho alfa tiene altos niveles de testosterona lo que le asegura
el triunfo entre los suyos.
Por el contrario los machos de niveles inferiores tienen altos los niveles
de cortisol, lo que indica que viven en estrés crónico y que no pueden
desarrollar todas sus potencialidades.
En la vida después de periodos de actividad llega el momento del descanso y
de la recuperación. Si esto no se consigue se va acumulando el estrés y se
convierte en crónico.
Un futbolista con una elevada carga de estrés tiene muchas más
probabilidades de ofrecer un bajo rendimiento que uno que se encuentra en modo
“zen y que juega con fluidez”.
Pero ¿cómo se puede saber el baremo de estrés de cada uno de los jugadores de su plantilla? La respuesta la
tiene Manuel Jiménez, investigador del Grupo sobre Tecnologías
aplicadas a la Educación Física (Tecdnodef), profesor adjunto de la Universidad
Internacional de la Rioja, y responsable de un interesante ensayo científico
que está realizando la UNIR con la ayuda de varios clubes de
Primera y Segunda.
Haciendo un estudio permanente de los futbolistas, obtenemos respuestas
anticipatorias. Esto ayudaría al cuerpo técnico a
reestructurar las cargas de entrenamiento, modificar la política de rotaciones
y recuperar rápidamente las buenas sensaciones, minimizando el impacto sobre la
tabla clasificatoria» explica Manuel.
Niveles altos de cortisol (la hormona del estrés), en el 63 por ciento de
las ocasiones significa perder el partido de ese día».
Tres de cada cuatro casos
Si un futbolista tiene unos altos niveles de concentración de cortisol y,
además, su indicador de testosterona está bajo, ese jugador está sufriendo una
etapa de mucho estrés que condiciona negativamente sus prestaciones al equipo.
Esto ocurre en el setenta y cinco por cientos de los casos, es decir, en tres
de cada cuatro futbolistas con estos indicadores.
Una muestra de saliva antes y después de entrenamientos y partidos se
pueden saber las cantidades de cortisol y testosterona.
Estas nos indican cuáles son las respuestas adaptativas del futbolista,
tanto a la carga de entrenamiento como a la carga fisiológica y
emocional. De esta forma, al cuerpo técnico le damos una
retroalimentación de cómo se encuentra cada jugador y que cambios en su
entrenamiento o en su forma de pensar hay que programar de forma
individualizada..
El objetivo de
este trabajo es controlar durante toda una temporada a un futbolista, para
saber exactamente en qué momento van a aumentar sus concentraciones de cortisol
y cuándo el nivel de testosterona empezará a descender. En ese momento, «está
demostrado que el futbolista no rinde a la altura de lo que se espera. Falla pases fáciles, no tiene punta de velocidad,
se agota rápidamente, es superado con facilidad por su oponente, comete errores
defensivos de principiante o no es capaz de ver portería por muy sencilla que
sea la ocasión.
El poder de la mente
El cerebro humano
actúa de dos maneras muy distintas en la acción de respuesta. Por un lado, puede utilizar el área premotora,
estructura que busca estrategias motoras que le den soluciones ante estímulos
visuales: «Por ejemplo, en el lanzamiento de un penalti, el
jugador visualiza la portería, piensa a qué zona va a tirar, y de manera
cognitiva lanza esa información al área premotora para que su pierna ejecute el
golpeo del mejor modo técnico posible», detalla Jiménez.
En el punto
opuesto está el área motora suplementaria, situada en el lóbulo
parietal. Se trata de una estructura meramente emocional, recurso muy válido en
bastantes situaciones del fútbol en las que la ruta neuronal vinculada
al área cognitiva no es suficiente: «En este caso, el jugador no piensa lo que
va a hacer, sino que lo hace. Por ejemplo, cuando un defensa coloca su pie
justo en la posición que debe ponerlo pasa despejar un centro que llega al área
que llega a ochenta kilómetros por hora. Lo hace sin meditar por qué lo hace, simplemente se ha entrenado asi y es
un reflejo.
Pero si ese defensa tiene una carga elevada de estrés, lo piensa frenando
el reflejo. Y si piensa, llega tarde. Y si llega tarde,
pone el pie de manera equivocada, no despeja el centro y el ariete hace gol»,
explica Manuel.
A esto, hay que añadirle una doble presión: mediática y social, que
aumentan el estrés.
Por eso, si un jugador no tiene auto confianza, su pensamiento no fluye en
el gesto deportivo, si piensa más de lo que debe, está perdido.
«Hay futbolistas, que el día de partido, se levantan como una moto. Tienen una inusual frecuencia cardíaca y una mayor temperatura
corporal, activación periférica y presión arterial. ¿Qué ocurre entonces? Ese
jugador gasta energía de modo superfluo. Una energía que echará de menos en el minuto 83, cuando el encuentro esté
1-0 en contra de su equipo. Con nuestro trabajo, detectamos a qué jugadores les
sucede esto, con todo lo positivo que ello conlleva para el entrenador».
Extraído del ABC: http://www.abc.es/deportes/futbol/abci-hormona-estres-servicio-futbol-elite-201702120832_noticia.html
1 comentario:
Happiness is good health and a happy memory.
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