La grasa beige también adelgaza. Pero mientras en los bebés las células
adiposas buenas surgen del músculo, en adultos lo hacen de los propios
depósitos de la grasa mala, donde se encuentran los precursores de la
grasa beige.
El estudio que recoge Cell, dirigido por Bruce Spiegelman, del Dana Faber Cancer Institute,
aporta importantes pistas sobre, al menos, uno de sus mecanismos de
activación, que pasa por la hormona irisina. Pero, además, introduce un
cambio de concepto total. Sostiene que, en realidad, lo que se halló en
2009 en adultos por tres grupos de investigadores no era la grasa parda
de los recién nacidos sino otra, la beige.
Para ello, ha recurrido a comparar los perfiles genéticos de ambos
tejidos, y ha llegado a la conclusión de que son distintos. Los dos
tipos de células grasas tienen la facultad de quemar reservas de lípidos
y cuentan con una presencia abundante de mitocondrias los orgánulos que
aportan energía a la célula y que dan el tono pardo a este tejido.
Entre otras diferencias, mientras la grasa parda expresa altos
niveles de termogenina (UCP1), una proteína que necesitan las
mitocondrias para quemar calorías y generar calor, la grasa beige suele
expresarla en menor medida.
Además, existe otra diferencia fundamental. Los bebés nacen con esta
grasa buena (la parda), mientras que en adultos, la aparición de la
grasa beige se puede inducir. En este aspecto reside la importancia para
el uso clínico del nuevo tejido descubierto: reacciona con relativa
facilidad a determinados estímulos como el frío o algunas hormonas (por
ejemplo la irisina), que incrementan la expresión de termogenina,
poniendo en marcha el motor celular del consumo de calorías. Y todo ello
con una efectividad similar al de la grasa parda de los bebés, según
destaca el estudio. Por ello, sería mucho más fácil de usar.
Activar las propiedades adelgazantes mediante la exposición al frío
no parece una opción razonable. Por eso, las miradas se dirigen hacia
las hormonas sobre las que existe evidencia de que despiertan la
actividad adelgazante de la grasa beige. Spiegelman ha apostado por la
irisina.
En enero, el grupo del investigador estadounidense ya publicó que
esta hormona se genera en los músculos en respuesta al ejercicio y
estimula la acción adelgazante de la grasa buena. Ahora, en el trabajo
cuyo avance publica la edición electrónica de Cell, Spielgman
sostiene que esta molécula es la llave de contacto que estimula a la
grasa blanca a producir grasa beige (cuyos precursores estarían en forma
latente en el interior de los depósitos lípidos). La irisina serviría
para estimular la aparición de la grasa buena en la mala, y combatir a
esta última.
"En los últimos tres años se han descrito otras tres moléculas con
este mismo efecto estimulante en la grasa buena", explica Villaroya. Por
ejemplo la hormona FG21, que se produce en el hígado como respuesta a
la ingesta de grasa. “Pero una cosa es demostrar su eficacia
fisiológicamente, y otra farmacológicamente”. En ello están Spiegelman y
muchos otros colegas. En busca del fármaco adelgazante que active la
grasa buena.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/12/actualidad/1342119880_307265.html
1 comentario:
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