Blog usado por un grupo de Farmaceuticos de Madrid para compartir informacion y facilitar el Proyecto "Ponte en marcha, Pierde peso y gana Salud"
Gala fin de curso 2023
Zamora y Toro misa y conciertos
jueves, 2 de diciembre de 2010
Notas de la reunion del 25 de Nov del 2010
Se repasó en detalle el Protocolo de actuacion y se repartió el material del Proyecto (cuestionario de Dieta mediterranea, cuestionario de actividad física, ficha, formas de cocinado saludable). Un tema controvertido es si se debe cobrar por los servicios que se prestan a los clientes que se apunten al programa para perder peso (consultas, analisis de glucosa, colesterol, tension arterial, bioimpedancia para medir la grasa corporal, seguimiento, etc..) Tambien se distribuyó el diptico a repartir a los clientes interesados y el Poster que se colocará en un lugar visible de la OF.
martes, 30 de noviembre de 2010
La grasa visceral es el tejido más afectado por el esfuerzo constante del deportista
La grasa visceral es el tejido más afectado por el esfuerzo constante del deportista
Empleando una unidad móvil de resonancia magnética, los investigadores Jürgen Machann y Christian Billich siguieron durante dos meses y unos 4.500 kilómetros a los participantes de una carrera de larga distancia.
Los resultados se han presentado en la reunión anual de la Radiological Society of North America.La TransEurope-FootRace 2009 se desarrolló desde abril a junio, partiendo del sur de Italia hasta Cabo Norte, en Noruega, a lo largo de 4.488 kilómetros de recorrido.
Diariamente se recogieron muestras de sangre, orina y otros medidores biométricos, con otras pruebas aleatorias como elctrocardiogramas. Cada 3 ó 4 días, 22 corredores se sometían a una resonancia magnética de cuerpo entero, unos 17 en total. Estas resonancias permitieron evaluar cambios en el tejido muscular, adiposo y cartilaginoso.
Los corredores perdieron un 5,4 por ciento de volumen de media, en los primeros 2.000 kilómetros. Perdieron también un 40 por ciento de grasa en la primera mitad de la carrera y un 50 por ciento en total.
La pérdida de músculo se estimó en un 7 por ciento, por la enorme cantidad de energía consumida.
Otro importante hallazgo es que el primer tejido afectado por el esfuerzo es la grasa, especialmente la visceral, la más propensa a causar complicaciones cardíacas posteriormente. La mayor pérdida de grasa se concentra en las primeras etapas. Esto confirma que la práctica continuada de ejercicio reduce su presencia.
La actividad física ligera puede prevenir osteoartritis
Gente con riesgo de sufrir osteoartritis puede reducir e incluso evitar su incidencia con simples cambios en su actividad física, según un estudio de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) que se ha hecho público en la reunión anual de la Radiological Society of North America.
Thomas Link, coautor y profesor de radiología en la UCSF, afirma que "si bien realizar una actividad de gran impacto físico, como correr más de una hora durante más de tres días a la semana, puede provocar un mayor riesgo de sufrir osteoartritis y daños en los cartílagos, practicar un ejercicio ligero y evitar actividades que requieran doblar las rodillas con frecuencia, puede proteger de esas complicaciones".
Los autores seleccionaron a 132 participantes asintomáticos con riesgo de desarrollar osteoartritis en las rodillas, de entre 45 y 55 años. Fueron separados en tres niveles de ejercicios según sus resultados en la Escala de Actividad Física para Mayores. Los niveles son: sedentarismo, ejercicio ligero y ejercicio medio/fuerte.
Las resonancias magnéticas revelaron que aquéllos con los cartílagos más sanos eran los sometidos a ejercicios ligeros. Además, actividades que requieren doblar las rodillas con frecuencia, como levantar pesos, subir escaleras o arrodillarse, durante más de media hora, aumentan los problemas de cartílago.
Empleando una unidad móvil de resonancia magnética, los investigadores Jürgen Machann y Christian Billich siguieron durante dos meses y unos 4.500 kilómetros a los participantes de una carrera de larga distancia.
Los resultados se han presentado en la reunión anual de la Radiological Society of North America.La TransEurope-FootRace 2009 se desarrolló desde abril a junio, partiendo del sur de Italia hasta Cabo Norte, en Noruega, a lo largo de 4.488 kilómetros de recorrido.
Diariamente se recogieron muestras de sangre, orina y otros medidores biométricos, con otras pruebas aleatorias como elctrocardiogramas. Cada 3 ó 4 días, 22 corredores se sometían a una resonancia magnética de cuerpo entero, unos 17 en total. Estas resonancias permitieron evaluar cambios en el tejido muscular, adiposo y cartilaginoso.
Los corredores perdieron un 5,4 por ciento de volumen de media, en los primeros 2.000 kilómetros. Perdieron también un 40 por ciento de grasa en la primera mitad de la carrera y un 50 por ciento en total.
La pérdida de músculo se estimó en un 7 por ciento, por la enorme cantidad de energía consumida.
Otro importante hallazgo es que el primer tejido afectado por el esfuerzo es la grasa, especialmente la visceral, la más propensa a causar complicaciones cardíacas posteriormente. La mayor pérdida de grasa se concentra en las primeras etapas. Esto confirma que la práctica continuada de ejercicio reduce su presencia.
La actividad física ligera puede prevenir osteoartritis
Gente con riesgo de sufrir osteoartritis puede reducir e incluso evitar su incidencia con simples cambios en su actividad física, según un estudio de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) que se ha hecho público en la reunión anual de la Radiological Society of North America.
Thomas Link, coautor y profesor de radiología en la UCSF, afirma que "si bien realizar una actividad de gran impacto físico, como correr más de una hora durante más de tres días a la semana, puede provocar un mayor riesgo de sufrir osteoartritis y daños en los cartílagos, practicar un ejercicio ligero y evitar actividades que requieran doblar las rodillas con frecuencia, puede proteger de esas complicaciones".
Los autores seleccionaron a 132 participantes asintomáticos con riesgo de desarrollar osteoartritis en las rodillas, de entre 45 y 55 años. Fueron separados en tres niveles de ejercicios según sus resultados en la Escala de Actividad Física para Mayores. Los niveles son: sedentarismo, ejercicio ligero y ejercicio medio/fuerte.
Las resonancias magnéticas revelaron que aquéllos con los cartílagos más sanos eran los sometidos a ejercicios ligeros. Además, actividades que requieren doblar las rodillas con frecuencia, como levantar pesos, subir escaleras o arrodillarse, durante más de media hora, aumentan los problemas de cartílago.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Ficha para la actuacion en el proyecto PONTE EN MARCHA, PIERDE PESO Y GANA SALUD
DATOS ANTROPOMÉTRICOS y RECOMENDACIONES (organizados por fecha)=
PAUTA DIETÉTICA:
OBJETIVOS:
FECHA:
Parámetros a registrar=
Edad:
Peso:
Talla:
I.M.C.:
Glucosa:
Colesterol:
Ácido Úrico:
T Arterial:
P Cintura:
Ejercicio (horas semanales)=
Moderado:
Leve:
Antecedentes personales y familiares:
Medicamentos Enfermedades crónicas:
Alergias:
Horario y lugar de comidas
Quien cocina:
Trabajo:
Alcohol:
Tabaco:
Preferencias:
Aversiones:
Recuerdo 24 h/:
Frecuencias/alimentos:
que pica/horas críticas:
PAUTA DIETÉTICA:
OBJETIVOS:
FECHA:
Parámetros a registrar=
Edad:
Peso:
Talla:
I.M.C.:
Glucosa:
Colesterol:
Ácido Úrico:
T Arterial:
P Cintura:
Ejercicio (horas semanales)=
Moderado:
Leve:
Antecedentes personales y familiares:
Medicamentos Enfermedades crónicas:
Alergias:
Horario y lugar de comidas
Quien cocina:
Trabajo:
Alcohol:
Tabaco:
Preferencias:
Aversiones:
Recuerdo 24 h/:
Frecuencias/alimentos:
que pica/horas críticas:
domingo, 21 de noviembre de 2010
Todo empieza en el útero según la alimentación de la madre
Todo empieza en el útero según la alimentación de la madre
El PAIS LUIS MIGUEL ARIZA 21/11/2010
A principios de 1980, un epidemiólogo británico llamado David Barker, que investigaba en la Universidad de Southampton (Reino Unido), se enfrentó a un enigma después de elaborar un voluminoso mapa que recogía minuciosamente las causas de muerte en varias partes de Inglaterra y Gales. Barker estudiaba la incidencia de infartos y enfermedades del corazón entre 1968 y 1978, la mayor causa de muerte en los países ricos e industrializados, donde los alimentos ricos en calorías fluyen abundantemente como maná. Los datos reflejaron justamente lo contrario: en las zonas más pobres de Inglaterra, el norte y el este, la gente moría más frecuentemente por culpa de un ataque al corazón o un fallo cardiovascular, mientras que en las más adineradas y prósperas, el este y el sur, la incidencia de ataques al corazón era mucho más baja.
Los datos estadísticos contradecían el sentido común. Las patologías del corazón se han ligado al exceso, la falta de ejercicio y las dietas super-calóricas abundantes en grasas, propias de los países ricos. "Hicimos ese mapa de Inglaterra y Gales porque estábamos interesados en explorar esta paradoja", relata Barker a El País Semanal. "Mientras las enfermedades coronarias aumentan a medida que las naciones se hacen más prósperas, la incidencia de estas enfermedades resultaba más alta entre la gente pobre".
Barker encontró una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares cuando llegaban a adultos
Los fetos reciben señales a través de sus madres, y esto establece la biología del bebé a partir de la predicción del mundo en el que va a vivir
La buena noticia: es más fácil influir en el riesgo de enfermedades vasculares durante la vida adulta
"Barker encontró que existía una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares, y más tarde, algunas formas de diabetes cuando ya eran adultos", explica el profesor y epidemiólogo Mark Hanson, de la Universidad de Southampton. En concreto, los hombres que pesaron apenas 2,5 kilos al nacer o menos constituían el grupo de más riesgo. Tenían entre dos y tres veces más probabilidades de sufrir un infarto, hipertensión, diabetes o el síndrome de resistencia a la insulina (dificulta metabolizar bien la glucosa).
Cuando Barker volvió a publicar en 1989 en The Lancet su hipótesis de que los acontecimientos durante la gestación producen una especie de imprimación al feto que le predispone a sufrir patologías en la vida adulta -sustentada por una estadística fiable-, muchos se enojaron. Si una mujer occidental y embarazada come incorrectamente o se encuentra bajo estrés, el feto interpreta a través de la madre -y de forma equivocada- un mundo exterior en el que hay escasez de alimentos y reprograma su metabolismo para adaptarse a ese futuro. El feto puede desarrollar una resistencia a la insulina que le facilita acumular más grasas en tiempos difíciles. El niño nace con un peso por debajo de lo normal, pero en un mundo en el que sobran las calorías y con el programa equivocado.
A partir de los dos años corre riesgo de ganar peso, y si eso sucede, sufrirá con mucha mayor probabilidad una enfermedad cardiovascular, o se hará diabético, o hipertenso. Todo por culpa de su exposición como feto mientras estaba en el vientre de su madre.
El último comentario lo ha publicado la ginecóloga Laura Schulz, de la Universidad de Misuri, en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences de EE UU el pasado septiembre. Schulz hace referencia a un estudio llevado a cabo en mujeres cuyos embarazos transcurrieron entre el invierno de 1944 y la primavera de 1945 en Holanda, aún bajo la ocupación alemana, y que sufrieron la hambruna holandesa, poco antes del final de la guerra, tras el desembarco de los aliados en Normandía. La hambruna afectó a todas las clases sociales, y la gente tuvo que sobrevivir con lo que obtenía del campo. Las mujeres embarazadas tuvieron que apañárselas con una ración diaria que oscilaba entre las 400 y las 800 calorías. Esta situación ofreció a los investigadores un experimento social y humano de dimensiones trágicas, pero a una escala que permitía poner a prueba la tesis de Barker.
Hanson habla aquí de un nuevo concepto médico, siempre en este contexto, en inglés mismatch, que podría traducirse como grado de error en la predicción. El feto predice un mundo malnutrido y se equivoca cuando nace en un ambiente lleno de recursos, y el grado de error es mayor. En el caso de los que nacieron después de la hambruna holandesa, sus "predicciones" resultaron erróneas.
Poco después, la población retornó a la normalidad. Sin embargo, las madres embarazadas que tuvieron que soportar la falta de alimentos durante el asedio de Leningrado tuvieron que sobrevivir posteriormente en un futuro de escasez crónica. Sus retoños, expuestos a esta malnutrición, no desarrollaron índices mayores de obesidad y problemas cardiovasculares en la vida adulta.
Los estudios epidemiológicos están encontrando algunas conexiones interesantes con el cáncer. En mujeres, la incidencia de cáncer de ovario y de mama podría estar relacionada con el hecho de tener una madre con caderas anchas y niveles excesivos de estrógenos, la hormona que juega un papel esencial para formar los huesos de la cadera. Investigadores fineses han encontrado que las mujeres que nacieron con sobrepeso y que procedían de madres con caderas más anchas tienen más riesgo de sufrir un cáncer de mama, quizá por una excesiva exposición del feto a niveles altos de estrógenos. E igualmente, si esto ocurre durante los tres primeros meses de la gestación, la incidencia de cáncer testicular en hombres parece que aumenta en la vida adulta.
Por otra parte, los recién nacidos con un peso más bajo lo hacen con un número de nefronas tres veces inferior a lo normal. Las nefronas son las unidades individuales de los riñones que funcionan como diminutas depuradoras de la sangre. Riñones menos potentes empujan a la persona a la hipertensión en una etapa tardía. Los estudios han desvelado una geografía asociada a la gente pobre, a la insuficiencia renal y a los casos de ictus cerebral en la nación más rica de la tierra, Estados Unidos: los fallos renales son cinco veces más frecuentes en el Estado de Carolina del Sur, en especial en la población afroamericana, donde los índices de pobreza son más altos.
La revista PNAS, señala que "las madres que alumbraron en otoño y principios de invierno tuvieron acceso a buenos alimentos, fruta fresca y verduras durante la mayor parte del embarazo, mientras que las que parieron en primavera y principios de verano experimentaron largos periodos de nutrición inadecuada".
Sabemos también que hay señales hormonales, en particular la hormona del estrés, la cortisona, que atraviesan la placenta. Y que la madre probablemente altera su propia placenta, esencial para mantener con vida al feto. No sabemos cuáles son las señales precisas". Los culpables podrían ser la comida basura, "altos niveles de pan blanco, azúcar, patatas fritas, escasez de frutas y verduras, altos niveles de carne roja, bajos niveles de pescado, especialmente de pescado azul", según Hanson. "Y muchas mujeres son deficitarias en algunos micronutrientes, como el ácido fólico y algunas vitaminas".
Si la hipótesis de Barker apunta que un bajo peso al nacer se resume en más patologías futuras, esa consecuencia puede ahora aplicarse también a las dietas maternas excesivas, a las madres que ganan demasiado peso durante la gestación o que de por sí son obesas. Sus bebés obesos, indica Hanson, nacen con un exceso de grasas y con una salud futura comprometida. "Los problemas surgen en los dos extremos del espectro, madres que tienen una dieta desequilibrada y pobre, en la India rural o en China, o que lleva una dieta incorrecta y rica, como las madres norteamericanas o europeas".
Los estudios sugieren que un kilo de más en un recién nacido (cuya madre ha seguido una dieta equilibrada) podría suponer un descenso del riesgo cardiovascular entre un 10% y 20%, explica esta experta. Pero, en el mejor de los casos, una buena intervención nutricional durante el embarazo lograría aumentar el peso en el nacimiento tan solo unos 100 gramos, asegura Huxley, lo que se traduce en una disminución del riesgo de entre el 1% y el 2%. Por el contrario, se ha comprobado que mediante la modificación de la dieta es posible rebajar el colesterol LDL (que colapsa nuestras arterias) entre un 15% y 20%, y que los tratamientos farmacológicos logran rebajar sus concentraciones en un tercio. No estamos indefensos después de nacer. Hay margen de maniobra.
El ambiente es capaz de activar ciertos genes o desactivarlos (una rama de la biología llamada epigenética, aún poco conocida), y eso ocurre durante la gestación, tras el nacimiento, y en nuestra vida de adultos.
Los estudios sobre cómo el feto reajusta sus sistemas mientras está dentro de la madre pueden proporcionarnos las pistas para ajustar esos sistemas cuando seamos mayores. "Somos menos adaptables a medida que envejecemos", admite Hanson, "pero si dejas de fumar o sigues una dieta baja en carbohidratos vas a vivir más tiempo. Durante toda la vida, siempre hay algo que se puede hacer al respecto"
El PAIS LUIS MIGUEL ARIZA 21/11/2010
A principios de 1980, un epidemiólogo británico llamado David Barker, que investigaba en la Universidad de Southampton (Reino Unido), se enfrentó a un enigma después de elaborar un voluminoso mapa que recogía minuciosamente las causas de muerte en varias partes de Inglaterra y Gales. Barker estudiaba la incidencia de infartos y enfermedades del corazón entre 1968 y 1978, la mayor causa de muerte en los países ricos e industrializados, donde los alimentos ricos en calorías fluyen abundantemente como maná. Los datos reflejaron justamente lo contrario: en las zonas más pobres de Inglaterra, el norte y el este, la gente moría más frecuentemente por culpa de un ataque al corazón o un fallo cardiovascular, mientras que en las más adineradas y prósperas, el este y el sur, la incidencia de ataques al corazón era mucho más baja.
Los datos estadísticos contradecían el sentido común. Las patologías del corazón se han ligado al exceso, la falta de ejercicio y las dietas super-calóricas abundantes en grasas, propias de los países ricos. "Hicimos ese mapa de Inglaterra y Gales porque estábamos interesados en explorar esta paradoja", relata Barker a El País Semanal. "Mientras las enfermedades coronarias aumentan a medida que las naciones se hacen más prósperas, la incidencia de estas enfermedades resultaba más alta entre la gente pobre".
Barker encontró una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares cuando llegaban a adultos
Los fetos reciben señales a través de sus madres, y esto establece la biología del bebé a partir de la predicción del mundo en el que va a vivir
La buena noticia: es más fácil influir en el riesgo de enfermedades vasculares durante la vida adulta
"Barker encontró que existía una relación entre el bajo peso al nacer y la hipertensión y enfermedades cardiovasculares, y más tarde, algunas formas de diabetes cuando ya eran adultos", explica el profesor y epidemiólogo Mark Hanson, de la Universidad de Southampton. En concreto, los hombres que pesaron apenas 2,5 kilos al nacer o menos constituían el grupo de más riesgo. Tenían entre dos y tres veces más probabilidades de sufrir un infarto, hipertensión, diabetes o el síndrome de resistencia a la insulina (dificulta metabolizar bien la glucosa).
Cuando Barker volvió a publicar en 1989 en The Lancet su hipótesis de que los acontecimientos durante la gestación producen una especie de imprimación al feto que le predispone a sufrir patologías en la vida adulta -sustentada por una estadística fiable-, muchos se enojaron. Si una mujer occidental y embarazada come incorrectamente o se encuentra bajo estrés, el feto interpreta a través de la madre -y de forma equivocada- un mundo exterior en el que hay escasez de alimentos y reprograma su metabolismo para adaptarse a ese futuro. El feto puede desarrollar una resistencia a la insulina que le facilita acumular más grasas en tiempos difíciles. El niño nace con un peso por debajo de lo normal, pero en un mundo en el que sobran las calorías y con el programa equivocado.
A partir de los dos años corre riesgo de ganar peso, y si eso sucede, sufrirá con mucha mayor probabilidad una enfermedad cardiovascular, o se hará diabético, o hipertenso. Todo por culpa de su exposición como feto mientras estaba en el vientre de su madre.
El último comentario lo ha publicado la ginecóloga Laura Schulz, de la Universidad de Misuri, en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences de EE UU el pasado septiembre. Schulz hace referencia a un estudio llevado a cabo en mujeres cuyos embarazos transcurrieron entre el invierno de 1944 y la primavera de 1945 en Holanda, aún bajo la ocupación alemana, y que sufrieron la hambruna holandesa, poco antes del final de la guerra, tras el desembarco de los aliados en Normandía. La hambruna afectó a todas las clases sociales, y la gente tuvo que sobrevivir con lo que obtenía del campo. Las mujeres embarazadas tuvieron que apañárselas con una ración diaria que oscilaba entre las 400 y las 800 calorías. Esta situación ofreció a los investigadores un experimento social y humano de dimensiones trágicas, pero a una escala que permitía poner a prueba la tesis de Barker.
Hanson habla aquí de un nuevo concepto médico, siempre en este contexto, en inglés mismatch, que podría traducirse como grado de error en la predicción. El feto predice un mundo malnutrido y se equivoca cuando nace en un ambiente lleno de recursos, y el grado de error es mayor. En el caso de los que nacieron después de la hambruna holandesa, sus "predicciones" resultaron erróneas.
Poco después, la población retornó a la normalidad. Sin embargo, las madres embarazadas que tuvieron que soportar la falta de alimentos durante el asedio de Leningrado tuvieron que sobrevivir posteriormente en un futuro de escasez crónica. Sus retoños, expuestos a esta malnutrición, no desarrollaron índices mayores de obesidad y problemas cardiovasculares en la vida adulta.
Los estudios epidemiológicos están encontrando algunas conexiones interesantes con el cáncer. En mujeres, la incidencia de cáncer de ovario y de mama podría estar relacionada con el hecho de tener una madre con caderas anchas y niveles excesivos de estrógenos, la hormona que juega un papel esencial para formar los huesos de la cadera. Investigadores fineses han encontrado que las mujeres que nacieron con sobrepeso y que procedían de madres con caderas más anchas tienen más riesgo de sufrir un cáncer de mama, quizá por una excesiva exposición del feto a niveles altos de estrógenos. E igualmente, si esto ocurre durante los tres primeros meses de la gestación, la incidencia de cáncer testicular en hombres parece que aumenta en la vida adulta.
Por otra parte, los recién nacidos con un peso más bajo lo hacen con un número de nefronas tres veces inferior a lo normal. Las nefronas son las unidades individuales de los riñones que funcionan como diminutas depuradoras de la sangre. Riñones menos potentes empujan a la persona a la hipertensión en una etapa tardía. Los estudios han desvelado una geografía asociada a la gente pobre, a la insuficiencia renal y a los casos de ictus cerebral en la nación más rica de la tierra, Estados Unidos: los fallos renales son cinco veces más frecuentes en el Estado de Carolina del Sur, en especial en la población afroamericana, donde los índices de pobreza son más altos.
La revista PNAS, señala que "las madres que alumbraron en otoño y principios de invierno tuvieron acceso a buenos alimentos, fruta fresca y verduras durante la mayor parte del embarazo, mientras que las que parieron en primavera y principios de verano experimentaron largos periodos de nutrición inadecuada".
Sabemos también que hay señales hormonales, en particular la hormona del estrés, la cortisona, que atraviesan la placenta. Y que la madre probablemente altera su propia placenta, esencial para mantener con vida al feto. No sabemos cuáles son las señales precisas". Los culpables podrían ser la comida basura, "altos niveles de pan blanco, azúcar, patatas fritas, escasez de frutas y verduras, altos niveles de carne roja, bajos niveles de pescado, especialmente de pescado azul", según Hanson. "Y muchas mujeres son deficitarias en algunos micronutrientes, como el ácido fólico y algunas vitaminas".
Si la hipótesis de Barker apunta que un bajo peso al nacer se resume en más patologías futuras, esa consecuencia puede ahora aplicarse también a las dietas maternas excesivas, a las madres que ganan demasiado peso durante la gestación o que de por sí son obesas. Sus bebés obesos, indica Hanson, nacen con un exceso de grasas y con una salud futura comprometida. "Los problemas surgen en los dos extremos del espectro, madres que tienen una dieta desequilibrada y pobre, en la India rural o en China, o que lleva una dieta incorrecta y rica, como las madres norteamericanas o europeas".
Los estudios sugieren que un kilo de más en un recién nacido (cuya madre ha seguido una dieta equilibrada) podría suponer un descenso del riesgo cardiovascular entre un 10% y 20%, explica esta experta. Pero, en el mejor de los casos, una buena intervención nutricional durante el embarazo lograría aumentar el peso en el nacimiento tan solo unos 100 gramos, asegura Huxley, lo que se traduce en una disminución del riesgo de entre el 1% y el 2%. Por el contrario, se ha comprobado que mediante la modificación de la dieta es posible rebajar el colesterol LDL (que colapsa nuestras arterias) entre un 15% y 20%, y que los tratamientos farmacológicos logran rebajar sus concentraciones en un tercio. No estamos indefensos después de nacer. Hay margen de maniobra.
El ambiente es capaz de activar ciertos genes o desactivarlos (una rama de la biología llamada epigenética, aún poco conocida), y eso ocurre durante la gestación, tras el nacimiento, y en nuestra vida de adultos.
Los estudios sobre cómo el feto reajusta sus sistemas mientras está dentro de la madre pueden proporcionarnos las pistas para ajustar esos sistemas cuando seamos mayores. "Somos menos adaptables a medida que envejecemos", admite Hanson, "pero si dejas de fumar o sigues una dieta baja en carbohidratos vas a vivir más tiempo. Durante toda la vida, siempre hay algo que se puede hacer al respecto"
domingo, 24 de octubre de 2010
El día nacional de la nutrición 28 de Mayo
El día nacional de la nutrición es una iniciativa que pone en marcha cada año la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), en colaboración con otras instituciones y con el apoyo de la industria alimentaria.
La del 2012 bajo el lema “Enseñar a comer es enseña a crecer”
La del 2012 bajo el lema “Enseñar a comer es enseña a crecer”
El Día Nacional de la nutrición nace con el propósito de sensibilizar a la población del problema de salud pública actual que hay en España:
El creciente aumento de enfermedades como la obesidad, enfermedad
cardiovascular, diabetes, cáncer, que están estrechamente relacionadas
con la alimentación.
El objetivo es concienciar e informar a la sociedad (ciudadanos, medios de comunicación, administraciones públicas, industrias alimentarias, etc.) sobre la importancia de la nutrición para tener una salud óptima y mejorar la calidad de vida,
así como la prevención y tratamiento de numerosas enfermedades como la
obesidad, que crece a un ritmo alarmante en la sociedad.
Los lemas han sido muy diversos:- I Edición (2002): “Come de todo, ganarás en Salud”
- II Edición (2003): “Aprende a comer, vivirás mejor”
- III Edición (2004): “Para una vida larga y de calidad, cuida tu alimentación” Los protagonistas fueron la tercera edad en esta edición.
- IV Edición (2005): “Ejercicio y una buena alimentación para un futuro mejor” Los protagonistas fueron los niños en esta edición.
- V Edición (2006): “Dentro y fuera del hogar, cuida tu alimentación”
- VI Edición (2007): Alimentos funcionales “Alimenta tu bienestar”
- VII Edición (2008): “Tu dieta es tu vida. ¡Cuídala! Las dietas milagro no existen.
- VIII Edición (2009): “Hoy no como en casa”
- IX (2010), “Lee las etiquetas de los alimentos – Alimenta tu información”
- X (2012) “Enseñar a comer es enseña a crecer”
No dejeis de ver un enlace interesante:
viernes, 22 de octubre de 2010
ENCUESTAS DE INGESTA DE ALIMENTOS PARA PERSONAS
ENCUESTAS DE INGESTA DE ALIMENTOS PARA PERSONAS
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2010/10/22/196235.php
Diferentes encuestas dietéticas
En el recordatorio de 24 horas se solicita al paciente que recuerde con detalle todo lo ingerido el día anterior, tanto alimentos como bebidas. Es un tipo de encuesta retrospectiva y, por tanto, no se condiciona el consumo de alimentos ya que, en principio, éste se realizó sin que el paciente se sintiera observado. Es necesario que el encuestador facilite al paciente la capacidad de recordar toda ingesta de alimentos, por pequeña que sea. Como gran inconveniente, destaca que el día recordado no tiene por qué coincidir con el patrón habitual de consumo de alimentos de la persona. Sin embargo, diversos recordatorios de 24 horas seriados o repetidos en el tiempo pueden dar una buena idea del mismo.
El diario dietético, a diferencia del anterior, es un cuestionario prospectivo en el que de antemano y en ausencia del entrevistador se solicita al paciente que anote todos los alimentos que come en un periodo de tiempo establecido. Son frecuentes los diarios de tres días, una semana e, incluso, mensuales. Con posterioridad, el encuestador analizará los contenidos del diario. Como desventaja destaca que el paciente ha de saber expresarse por escrito y, además, su consumo puede estar condicionado por el hecho de saber que se analizará. El diario dietético o diario de los alimentos requiere también una cantidad de tiempo importante por parte del profesional encargado de procesar los datos.
El cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos es una encuesta muy válida para conocer el patrón de consumo de un individuo. Para ello, el encuestador ha de preguntar con qué frecuencia se ingiere cada alimento de una serie de grupos determinados. Se pide explicar si se realiza un consumo diario, semanal o mensual y las veces que se come en esos periodos, o si bien no se consume el alimento concreto o se hace de forma anecdótica. Este cuestionario no sirve, sin embargo, para cuantificar las raciones o porciones consumidas y requiere una colaboración activa del encuestado, al apelar a su memoria en un pasado más o menos remoto.
La historia dietética es la herramienta de elección por antonomasia, ya que reúne varias de las encuestas ya mencionadas: uno o más recordatorios de 24 horas, diario dietético y cuestionario de frecuencia de consumo. De este modo, las carencias de uno u otro método se suplen con el resto. Ahora bien, requiere más tiempo y dedicación, así como un profesional sanitario centrado en esta labor. Lo idóneo es que sea un dietista-nutricionista.
Otros cuestionarios. Otra modalidad que también resulta útil es el cuestionario de hábitos dietéticos. A partir de preguntas cerradas del tipo multirespuesta, incide en determinados aspectos claves en relación a las costumbres alimenticias. Las distintas respuestas facilitan, en su conjunto, una idea de cuáles son los principales aspectos que se deben mejorar en la alimentación. Otro cuestionario interesante analiza las preferencias y aversiones. El profesional pregunta al paciente acerca de los alimentos que más le agradan y menos le gustan, de forma que permite adaptar el consejo a las preferencias personales, detectar ausencias de grupos de alimentos claves, etc.
Obtención de la información
La entrevista personal es, a priori, la forma idónea de obtener la información referida a los hábitos alimentarios de una persona. Un encuestador bien formado sabe leer entre líneas, puede ayudar a la memoria del encuestado y, además, puede replantear, ampliar y reformular las preguntas para adaptarse a cada paciente en función de sus circunstancias, edad, nivel de cultura general, etc. No obstante, el carácter del entrevistador puede condicionar las respuestas del encuestado al sentirse intimidado o avergonzado por un determinado comportamiento.
Otros métodos para realizar encuestas que evitan estos posibles inconvenientes y que tienen un menor coste, en cuanto a recursos humanos, son los cuestionarios autoadministrados. Bien por correo o a través de un espacio virtual (Internet), sondean aspectos referidos al consumo de alimentos de los usuarios. Otra metodología consiste en realizar una encuesta telefónica, de forma que aunque también se requiere de un encuestador, el anonimato mejora algunos de los inconvenientes de la entrevista personal, si bien no permite alargar demasiado el tiempo dedicado a la encuesta.
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2010/10/22/196235.php
Diferentes encuestas dietéticas
En el recordatorio de 24 horas se solicita al paciente que recuerde con detalle todo lo ingerido el día anterior, tanto alimentos como bebidas. Es un tipo de encuesta retrospectiva y, por tanto, no se condiciona el consumo de alimentos ya que, en principio, éste se realizó sin que el paciente se sintiera observado. Es necesario que el encuestador facilite al paciente la capacidad de recordar toda ingesta de alimentos, por pequeña que sea. Como gran inconveniente, destaca que el día recordado no tiene por qué coincidir con el patrón habitual de consumo de alimentos de la persona. Sin embargo, diversos recordatorios de 24 horas seriados o repetidos en el tiempo pueden dar una buena idea del mismo.
El diario dietético, a diferencia del anterior, es un cuestionario prospectivo en el que de antemano y en ausencia del entrevistador se solicita al paciente que anote todos los alimentos que come en un periodo de tiempo establecido. Son frecuentes los diarios de tres días, una semana e, incluso, mensuales. Con posterioridad, el encuestador analizará los contenidos del diario. Como desventaja destaca que el paciente ha de saber expresarse por escrito y, además, su consumo puede estar condicionado por el hecho de saber que se analizará. El diario dietético o diario de los alimentos requiere también una cantidad de tiempo importante por parte del profesional encargado de procesar los datos.
El cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos es una encuesta muy válida para conocer el patrón de consumo de un individuo. Para ello, el encuestador ha de preguntar con qué frecuencia se ingiere cada alimento de una serie de grupos determinados. Se pide explicar si se realiza un consumo diario, semanal o mensual y las veces que se come en esos periodos, o si bien no se consume el alimento concreto o se hace de forma anecdótica. Este cuestionario no sirve, sin embargo, para cuantificar las raciones o porciones consumidas y requiere una colaboración activa del encuestado, al apelar a su memoria en un pasado más o menos remoto.
La historia dietética es la herramienta de elección por antonomasia, ya que reúne varias de las encuestas ya mencionadas: uno o más recordatorios de 24 horas, diario dietético y cuestionario de frecuencia de consumo. De este modo, las carencias de uno u otro método se suplen con el resto. Ahora bien, requiere más tiempo y dedicación, así como un profesional sanitario centrado en esta labor. Lo idóneo es que sea un dietista-nutricionista.
Otros cuestionarios. Otra modalidad que también resulta útil es el cuestionario de hábitos dietéticos. A partir de preguntas cerradas del tipo multirespuesta, incide en determinados aspectos claves en relación a las costumbres alimenticias. Las distintas respuestas facilitan, en su conjunto, una idea de cuáles son los principales aspectos que se deben mejorar en la alimentación. Otro cuestionario interesante analiza las preferencias y aversiones. El profesional pregunta al paciente acerca de los alimentos que más le agradan y menos le gustan, de forma que permite adaptar el consejo a las preferencias personales, detectar ausencias de grupos de alimentos claves, etc.
Obtención de la información
La entrevista personal es, a priori, la forma idónea de obtener la información referida a los hábitos alimentarios de una persona. Un encuestador bien formado sabe leer entre líneas, puede ayudar a la memoria del encuestado y, además, puede replantear, ampliar y reformular las preguntas para adaptarse a cada paciente en función de sus circunstancias, edad, nivel de cultura general, etc. No obstante, el carácter del entrevistador puede condicionar las respuestas del encuestado al sentirse intimidado o avergonzado por un determinado comportamiento.
Otros métodos para realizar encuestas que evitan estos posibles inconvenientes y que tienen un menor coste, en cuanto a recursos humanos, son los cuestionarios autoadministrados. Bien por correo o a través de un espacio virtual (Internet), sondean aspectos referidos al consumo de alimentos de los usuarios. Otra metodología consiste en realizar una encuesta telefónica, de forma que aunque también se requiere de un encuestador, el anonimato mejora algunos de los inconvenientes de la entrevista personal, si bien no permite alargar demasiado el tiempo dedicado a la encuesta.
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