Las dos patas sobre las que se sustenta el control del
peso corporal son: El gasto calórico y la Ingesta.
El gasto calórico se aumenta con el ejercicio físico
(intensidad y volumen de ejercicio adecuado para nuestra edad y estado
fisiológico) y con el gasto metabólico en reposo (mayor cuanta más masa
muscular tengamos).
La Ingesta debe de ser equilibrada con la suficiente
cantidad de
· 1 Proteínas (para
reponer las perdidas y porque ejercen un efecto saciante), deben ser proteínas de
alto valor biológico con los aminoácidos esenciales. En particular los
aminoácidos ramificados leucina, la isoleucina y la valina que sirven para construir
la masa muscular.
· 2 Grasas (que sean de
buena calidad con abundante ácidos grasos monoinsaturados como el aceite de
oliva y poliinsaturados como los omega 3 del pescado) ,
· 3 Hidratos de carbono complejos
como cereales integrados, frutas y verduras.
Los aminoácidos ramificados están en muchos alimentos
tales como la soja, el trigo, la carne vacuna y las legumbres.
En cantidad a consumir para adultos: la leucina, 42 mg
/ kg de peso corporal / día; isoleucina 19 mg / kg de peso corporal / día; valina
4 mg / kg de peso corporal / día. Para una persona de 70 kg (154 lb) esto
equivale a 2.9, 1.3 y 0.3 g / día. Las dietas que alcanzan o superan la dosis
diaria recomendada de proteína total (0,8 g / kg / día, es decir unos 56 gramos de proteina diaria para una
persona de 70 kg), cumplen o superan las dosis diarias recomendadas de
aminoácidos de cadena ramificada.
Lo más importante para mantener el peso es controlar
la saciedad, sentirse a gusto con nuestra dieta variada, sostenible en el tiempo.
En el Nuevo Año, personas de todo el mundo que tienen sobrepeso
y que ya superan a los que padecen hambre, se pondrán a dieta para perder los
kilos ganados en las comidas y cenas de las Navidades.
No vale cualquier tipo de alimentación, como constata
el hecho de que la pandemia mundial de obesidad –y de la consecuente diabetes–
no para de crecer.
Es muy posible que la clave para perder peso no se
encuentre solamente en reducir la cantidad de calorías.
De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores
de la Universidad de Wisconsin en Madison (EE.UU.)
muestra que para lograr que nuestro esfuerzo dietético no caiga en saco roto,
lo que hay que hacer es reducir es la
ingesta de aminoácidos ramificados.
Como explica Dudley Lamming, director de esta
investigación publicada en la revista «The Journal of Physiology»,
«hemos identificado un papel imprevisto de los aminoácidos ramificados
dietéticos en la regulación del balance energético, y hemos visto que una dieta con unos niveles bajos de este tipo de aminoácidos
promueve la delgadez y el buen control del azúcar en sangre. Es más;
nuestros resultados también sugieren que la composición de aminoácidos
específicos de las proteínas dietéticas, que no cuántas proteínas consumamos,
regula la salud metabólica».
En el estudio, los
autores emplearon un modelo animal –ratones– con obesidad y prediabetes –esto
es, con unos niveles elevados de azúcar en sangre, pero no lo suficientemente
altos como para desarrollar diabetes– al que alimentaron con una dieta baja en
leucina, isoleucina y valina. Y una vez evaluado el peso, metabolismo de la
glucosa y gasto energético de estos animales, vieron que eran mucho más
delgados y tenían un mejor control de los niveles de azúcar en sangre que sus
homónimos que siguieron otros tipos de alimentación.
Pero aún hay más. Y si cabe, más importante: los
animales pudieron comer todo lo que quisieran. Es decir, la única restricción
fue la cantidad de aminoácidos ramificados, no la cantidad de calorías. Y a pesar de seguir una dieta poco ‘adecuada’, rica tanto en grasas
como en carbohidratos, experimentaron una mejoría de su salud metabólica.
En definitiva,
parece que la cantidad de aminoácidos ramificados, es la clave para que
logremos bajar de peso. Sin embargo, y dado que no es lo mismo un ratón que un
humano, la evidencia de que la reducción de aminoácidos ramificados puede
mejorar la salud metabólica tiene que ser igualmente investigada en los humanos
–lo que los autores, según han informado, harán de forma inmediata.
Como concluye Dudley Lamming, «si nuestros resultados
pueden ser trasladados a los humanos, entonces sería posible que estas dietas, o los fármacos que imiten los efectos de la dieta
baja en aminoácidos ramificados, fueran más fáciles de seguir por la población
y mucho más eficientes que las tradicionales dietas hipocalóricas.
Además, también analizaremos cómo la composición específica de los aminoácidos
de las proteínas de la dieta regula la salud metabólica, lo que podría explicar
la gran variación observada entre los individuos en respuesta a los diferentes
tipos de dieta para perder peso».
Extraído de:
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