Imagen extraida de: https://es.wikipedia.org/wiki/Bacteri%C3%B3fago ,
De (Photograph courtesy of Vincent Fischetti and Raymond Schuch, The Rockefeller University.) - Powledge TM: New Antibiotics—Resistance Is Futile. PLoS Biol 2/2/2004: e53. doi:10.1371/journal.pbio.0020053, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1370810
La relación entre alimentación, bacterias intestinales y su
influencia en la salud, es uno de los temas más candentes de la medicina
actual. Se sabe que la falta de una población saludable de bacterias
intestinales compromete nuestra salud, lo que a su vez está relacionado con una
dieta poco sana y equilibrada. Pero sobre aún hay muchas lagunas sobre el
impacto concreto que los alimentos tienen sobre el microbioma, en parte por la
gran complejidad de la flora intestinal.
También el estilo de vida y la práctica regular de ejercicio físico impactan la microbiota.
El ejercicio físico moderado a vigoroso, aumenta la motilidad intestinal, modifica saludablemente la producción y liberación de la bilis, la producción de ácidos grasos de cadena corta, activación inmunoglobulinas, controla el peso y la masa muscular, disminuye inflamación y estrés oxidativo y mejora la sensibilidad a la insulina; todo ello se traduce en el aumento la diversidad de la microbiota.
También el estilo de vida y la práctica regular de ejercicio físico impactan la microbiota.
El ejercicio físico moderado a vigoroso, aumenta la motilidad intestinal, modifica saludablemente la producción y liberación de la bilis, la producción de ácidos grasos de cadena corta, activación inmunoglobulinas, controla el peso y la masa muscular, disminuye inflamación y estrés oxidativo y mejora la sensibilidad a la insulina; todo ello se traduce en el aumento la diversidad de la microbiota.
Por ejemplo, científicos de la Universidad de Jaén han
descubierto que tanto el aceite de oliva virgen extra como el ecológico son más
eficaces para prevenir las infecciones provocadas por bacterias (como, por
ejemplo, la E. coli o la Salmonella) que el aceite de pescado, una grasa
presente en alimentos como el pescado azul y a la que se le atribuyen
cualidades cardiosaludables. Los resultados mostraron que la tasa de
supervivencia de los ratones a los que se había alimentado con una dieta rica
en aceite de oliva virgen extra o ecológico era muy superior a la de los
ratones alimentados con aceite de pescado. «Ahora nos queda probar la
resistencia de los animales frente a otras bacterias y determinar por qué se
produce esa supervivencia más alta y qué factores hay implicados».
"Uno de los asuntos que más trae de cabeza a los científicos
son los llamados fagos, unos son virus que solo atacan a las bacterias y que se
encuentran en el intestino. Cada fago solo ataca un tipo específico de
bacteria, lo que significa que tienen la capacidad de influir notablemente en
nuestro microbioma y, por lo tanto, en nuestra salud.
Los fagos necesitan bacterias para vivir, por lo que si las
bacterias están ausentes, los fagos no sobreviven. Esto significa que cualquier
alimento que influya en los fagos puede influir en las bacterias intestinales y
viceversa. Por ejemplo, si aumenta la población de un tipo de fago, las
bacterias que consumen disminuirán, lo que posiblemente provocará que se
multipliquen otras especies de bacterias."
"La mayoría de los fagos en el intestino están presentes en
forma latente: su ADN está integrado en el genoma de la bacteria. Son los
llamados profagos. Los científicos han identificado ciertos compuestos que
provocan que los profagos vuelvan a su forma activa. Cuando esto sucede,
cientos de nuevos fagos brotan de la célula bacteriana, matando al huésped y
atacando a otras bacterias. Estos compuestos incluyen la salsa de soja, la
nicotina y algunos antibióticos, como la ciprofloxacina."
"Un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de San
Diego se ha propuesto aumentar esta lista y localizar los compuestos de los
alimentos que inducen la actividad del fago. Los resultados han sido publicados
en la revista Gut Microbes.Los expertos seleccionaron una gama de bacterias comunes en
el intestino: Bacteroidetes y Firmicutes. A continuación, seleccionaron 28
compuestos de los alimentos y observaron el crecimiento de bacterias en
presencia de cada compuesto específico. De todos ellos, 11 compuestos
produjeron niveles de partículas de virus a una velocidad superior a la de los
controles, lo que significa que influyeron en la actividad del fago."
"Algunos de los aumentos de fagos más importantes se
produjeron en presencia de clavo, propóleos (un compuesto producido por las
abejas), uva y el aspartamo, un compuesto que se utiliza como edulcorante. El
inductor de profagos más potente fue la estevia, el sustituto del azúcar
derivado de plantas. Con algunas especies de cepas bacterianas, la estevia
aumentó el número de partículas de virus en más del 400%. "
"Por el contrario, algunos alimentos redujeron el número de
partículas virales: ruibarbo, fernet (un tipo de licor italiano), café y
orégano. Otros compuestos que provocaron
alteraciones diferentes en el intestino fueron la pasta de dientes, el extracto
de semilla de pomelo y la granada.
También, uno de los alimentos antibacterianos más potentes que encontraron
fue la salsa de tabasco picante."
Las bacterias del ácido láctico (LAB) son eliminadores de la
oxidación e inhibidores efectivos de la inflamación. Las LAB probablemente
tienen la capacidad de eliminar proteínas y péptidos AGEs/ALEs de los alimentos
antes de su absorción; así, pueden eliminar gluten y carcinógenos de los
alimentos.
Finalmente, la fibra de frutas y verduras también tiene
efectos saludables. En línea con esto está la observación de que la misma
combinación de LAB y de fibra actúan sinérgicamente.
Los yogures y leche ácida en general, tienen propiedades
probióticas y fortalecen la flora intestinal y el sistema inmunitario por la
presencia de diferentes cepas de Lactobacilo búlgaro (Lactobacillus
bulgaricus), del estreptococo Termófilo (Streptococcus thermophilus),
lactobacilo Casei (L.Casei); Bifidobacterias (bifidobacterium); y del Lactobacilo Yoghurti; entre otros.
Cientos de especies diferentes de bacterias, pertenecientes
a decenas de géneros diferentes de bacterias, han sido detectadas en cultivos
de heces humanas. De ellas hasta la fecha los Lactobacillus y las
Bifidobacterias se consideran como las más interesantes para utilizarlas como
probióticos; por sus beneficios saludables (por ejemplo, las Bifidobacterias en
lactantes) y porque un porcentaje importante de las consumidas en la dieta
llegan de forma viable al intestino, para ejercer su acción beneficiosa. Las
Bifidobacterias son menos resistentes al oxígeno y al tratamiento térmico.
Los probióticos son microorganismos que estimulan las
funciones protectoras del tracto digestivo, también son conocidos como
bioterapeuticos, bioprotectores o bioprofilácticos, se utilizan para prevenir
las infecciones entéricas y gastrointestinales (Penna FJ. Et al., 1998).
Para
que un microorganismo pueda cumplir con esta función de protección tiene que
poseer características tales como: Ser habitante normal del intestino, tener un
tiempo corto de reproducción, ser capaz de producir compuestos antimicrobianos
y ser estable durante el proceso de producción, comercialización y distribución
para que pueda estar vivo en el intestino (Pardio Sedas VT y cols., 1994).
La protección de estos microorganismos se lleva a cabo
mediante dos mecanismos: El antagonismo que impide la multiplicación de los
patógenos y la producción de toxinas que impiden su acción patogénica. Este
antagonismo está dado por la competencia por los nutrientes o los sitios de
adhesión. Mediante la inmunomodulación protegen al huésped de las infecciones
induciendo a un aumento de la producción Inmunoglobulinas, aumento de la
activación de las células mononucleares y de los linfocitos. Las bacterias
ácido lácticas pueden colonizar transitoriamente el intestino y sobrevivir
durante el tránsito intestinal, además, por su adhesión al epitelio, modifican
la respuesta inmune local del hospedador (Schiffin EJ et al.,1997).
Ha sido probado in vitro o in vivo el efecto de los
probióticos en estados patológicos como diarreas, vaginitis, infecciones del
tracto urinario, desórdenes inmunológicos, intolerancia a la lactosa,
hipercolesterolemia y alergia alimentaria (Mombelli B, et al., 2000) (Farland
LV. ,2000).
Para mejorar el aporte de nutrientes; a la leche ácida, se
le pueden añadir frutas, frutillas del bosque (fresas, frambuesas, arándanos)
que proporcionan flavonoides y vitaminas antioxidantes; así como frutos secos
(nueces, avellanas) que proporcionan ácidos grasos poli-insaturados (AGP) y
vitaminas antioxidantes; o bien se pueden añadir cereales que proporcional
HdeC, lípidos, fibra, vitaminas y minerales; todos estos alimentos resultantes
son recomendados para prevenir enfermedades cardiovasculares y para potenciar
el sistema inmunológico.
Además de ser saludable el alimento resultante,
aumenta su aceptación por los jóvenes, al proporcionar diferentes sabores y
texturas que son muy apreciadas por la población en general.
Para que ejerzan sus efectos beneficiosos para la salud
estos probióticos se deben tomar regularmente en nuestra dieta (los efectos
beneficiosos aparecen a las primeras semanas de su consumo y duran hasta
algunas semanas después de dejar de consumirse).
Los científicos creen que estos hallazgos son importantes,
porque el microbioma puede influir en nuestra salud física y mental, causando,
por ejemplo, inflamación y un aumento del riesgo de cáncer. Por lo tanto, si
los científicos pueden averiguar cómo alterar el microbioma de maneras
específicas, se podrían eliminar o reducir estos riesgos.
Referencias:
- Álvarez de Cienfuegos Gerardo. https://fundaciondescubre.es/
- Valentina Tremaroli & Fredrik Bäckhed. Functional interactions between the gut microbiota and host metabolism. Nature 489,242–249 (13 September 2012) doi:10.1038/nature11552 Published online 12 Sep. 2012
- https://www-elnacional-cat.cdn.ampproject.org/v/s/www.elnacional.cat/es/salud/alimentos-compuestos-alteran-microbioma-intestinal_461751_102_amp.html?usqp=mq331AQCKAE%3D&_js_v=0.1#referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&_tf=De%20%251%24s&share=https%3A%2F%2Fwww.elnacional.cat%2Fes%2Fsalud%2Falimentos-compuestos-alteran-microbioma-intestinal_461751_102.html
- Penna FJ. Diarrea y Probióticos. Simposio sobre Utilidad de los probióticos en el manejo de las diarreas. Revista de enfermedades infecciosas en pediatría. 1998, Vol XI, número 6, p 182.
- Pardio Sedas VT y cols. Los probioticos y su futuro. Archivos Latinoamericanos de Nutrición. 1994 vol 46 No 1 p 6-10.
- Schiffin EJ et al. Immune modulation of blood leukocytes in humans by lactic acid bacteria: criteria for strain selection. J Dairy Sci Aug 1997, 66 (2): 515S-520S.
- Mombelli B, Gismondo MR. The use of probiotics in medical practice. Int. Antimicrob Agents 2000. 16 (4) 531-536.
- Mc Farland LV. Beneficial microbes. Health or hazard?. Eur Gastroenterol Hepatol 2000, 12 (10) 1069-1071.