Figura: Row for Your Life: A Century of Mortality Follow-Up of French Olympic Rowers (experanza de vida de los olimpicos franceses de remo)
Todos sabemos que la longevidad tiene un componente genético, viven mas los que sus padres y abuelos vivieron mas años. Pero dado un perfil genético vive mas que hace una dieta mas saludable, por ejemplo los que siguen la dieta mediterránea (DM) viven mas que los que no la siguen o los que tienen sobrepeso. Además vive mas quienes hace ejercicio vigoroso regularmente a lo largo de su vida.En el estudio HALLE longitudinal de 10 años, llevado a cabo en Europa demuestra que las personas entre 70 y 90 años (2068 hombres y 1049 mujeres), que han seguido de forma prolongada (medido por un índice de adhesión a la DM, MDI) una dieta mediterránea (cuya calidad se midió con un indicador de dieta saludable HDI) y el seguimiento por parte de las personas (con una puntuación llamada MDS); tuvieron una mortalidad relacionada con los tres indicadores citados MDS, MDI y DHI; y concretamente inferior al 50% respecto a los que han llevado una dieta accidentalizada de peor calidad . En este proyecto se han incluido resultados de otros proyectos europeos llevados a cabo entre 1988 al 2000: SÉNECA y FINE
La puntuación en la DM (IDM) comprendía los siguientes parámetros: Razón de AGM / AGS; consumo de; Legumbres; Frutos secos y Semillas; Frutas; Vegetales y patatas; Carnes, Lácteos y Pescados
Indurain, Andrés Iniesta, Rudy Fernández o Rafa Nadal vivirán siete años más que si no se hubieran dedicado al ciclismo, fútbol, al baloncesto o al tenis.
La alta competición o deporte de élite eleva la esperanza de vida de quienes alcanzan esta posición, según un estudio dirigido por Juliana Antero-Jacquemin, investigadora del Instituto Nacional francés del Deporte de la Evaluación y de los Resultados (INSEP).
El estudio, publicado en la revista Plos One, analizó a 2.814 atletas franceses que participaron en Juegos Olímpicos entre 1912 y 2012 en diferentes disciplinas. Según Antero-Jacquemin, del total de siete años en los que se incrementa la longevidad de estos atletas, “unos dos años se ganan gracias al menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como infartos o derrames cerebrales.
Otros dos años se ganan gracias a la disminución de probabilidades de padecer cáncer“.
El informe indica que la mortalidad entre estos deportistas se redujo entre un 40%-50% principalmente por el menor riesgo cardiovascular (40%-60%) y cáncer (45%). Además, se redujeron las enfermedades del sistema digestivo en un 48%, los trastornos mentales un 77%, las patologías relacionadas con el sistema respiratorio un 85% y las endocrinas y metabólicas un 88%.
En opinión de Marcela González-Gross, catedrática en Nutrición Deportiva y Fisiología del Ejercicio por la Universidad Politécnica de Madrid y responsable del grupo de investigación ImFINE, “los beneficios del deporte de alto rendimiento favorecen el buen funcionamiento de todo el sistema cardiovascular, se regulan los niveles de colesterol y triglicéridos, aumenta el HDL colesterol (el llamado bueno) y se reduce el LDL colesterol (el malo), aumenta el tamaño del corazón, baja la frecuencia cardíaca en reposo y hay mayor tolerancia al estrés. También aumenta el consumo máximo de oxígeno VO2 max., que es una medida que correlaciona con muchos parámetros de salud y la esperanza de vida”.
Además, “practicar deporte suele asociarse con una menor edad biológica frente a la cronológica, es decir, se aparenta ser más joven de lo que uno es”, subraya la experta, que añade que entre los factores identificados con relación al envejecimiento, "uno de ellos es el acortamiento de los telómeros (los extremos de los cromosomas), que en cada replicación celular van disminuyendo hasta que el material genético desaparece, produciéndose la muerte celular por apoptosis. Hay una enzima, la telomerasa, que evita el acortamiento e incluso produce alargamiento de los telómeros.
El ejercicio físico es uno de los factores que se han identificado como activador de la telomerasa, y, por tanto, como elemento que retarda el envejecimiento y retrasa la muerte celular".
La nutrición de los campeones
Ser deportista de élite va asociado
a un estilo de vida saludable que exige cumplir con un código de buenas
prácticas, como no fumar, no beber, horarios de descanso y llevar una
dieta sana y equilibrada, entre otras.
De hecho, los beneficios del
deporte de élite están estrechamente relacionados con la alimentación. Para
González-Gross, “no hay duda de que la combinación de alimentación y ejercicio
es una de las claves para mejorar la calidad de vida e incluso para la mayor
esperanza de vida.
En los deportistas, durante su
etapa profesional, cuidar la alimentación es fundamental. Repercute claramente
en su rendimiento y en su salud.
Por ejemplo, deben tomar alrededor
del doble de proteína de lo recomendado para la población general, mayor
cantidad de las vitaminas del grupo B, de vitamina C, de minerales como el
hierro, calcio, selenio, cinc, electrolitos y agua”.
En el estudio de Juliana
Antero-Jacquemin, también se observó que los beneficios para la salud
cardiovascular "varían enormemente dependiendo de las características de
cada deporte". Así, muchas actividades de elevada resistencia, como
carreras de fondo o ciclismo de ruta, son menos beneficiosas. En cambio, los
deportes que combinan varios tipos de actividades, son mejores para el corazón.
Malas noticias para el alto rendimiento con ejercicio extenuante
Pero no son buenas nuevas para
todos los deportistas profesionales. José Manuel Soria, responsable de la Unidad de Genómica en
Enfermedades Complejas en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, diferencia
entre disciplinas de “alta competición” y “alto rendimiento”: “Los jugadores de
élite de disciplinas deportivas como el fútbol, balonmano o baloncesto se
dosifican muy bien. Pero estos deportistas, que son de élite, no son de altísimo
rendimiento”.
Un estudio realizado por el equipo
del su equipo, cuyos datos se han presentado en el Congreso Europeo de
Genética, mostró los resultados de los análisis realizados en deportes de
“alta resistencia”, como son los corredores de largas distancias en carreras de
montaña. Estos resultados determinaron que estas disciplinas podían ser
nocivas, dependiendo de la forma del corredor o, incluso en los atletas
entrenados, de la distancia recorrida. Estos resultados preliminares, son la
base de otros estudios que abordaran la base genética que determina la
resistencia a largas distancias y la capacidad de recuperación de estos
deportistas.
La investigación se centró en la expresión
de los 22.000 genes de todo el código genético humano, comparando la expresión
de los genes antes de empezar la carrera y justo después. "Los análisis de
todos los genes de un individuo que se ha sometido a un estrés tan
extraordinario como una Ultramaratón de montaña, varió considerablemente.
Los genes que se expresaron diferencialmente fueron los asociados a la
inflamación y a la inmunidad.
Estos deportistas finalizaron la
carrera como si estuvieran enfermos, aunque no lo estaban. Es decir, su perfil
de expresión génica era similar al patrón que daría un enfermo con tuberculosis
o con SIDA. La diferencia está en que en un paciente con tuberculosis o SIDA
ese perfil de expresión se mantiene, mientras que estos atletas se recuperan
en 24 o 48 horas", asegura Soria.
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1 comentario:
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