( Imagen: El sueño del caballero (1655), cuadro del pintor barroco Antonio de Pereda)
El verano supone para
muchos españoles un sinfín de noches dando vueltas en la cama, de mirar el
reloj una y otra vez y de contar ovejas hasta perder la cuenta. El calor, el
ruido o la falta de rutina en vacaciones se convierten durante estos meses en
los peores enemigos para conseguir dormir a pierna suelta.
Entre un 20 y un 48 % de
la población adulta española padece dificultad en alguna ocasión para iniciar o
mantener el sueño, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que
indican, además, que el 10% tiene algún trastorno crónico del sueño.
El calor altera la
regulación del sueño, pero es el cambio de las horas de luz el que causa que el
proceso biológico se retrase y "nos acostemos más tarde", explica el
coordinador del grupo de Vigilia y Sueño de la SEN, Hernando López.
Desde un punto de vista
biológico, apunta, es natural que en verano cueste más pegar ojo ya que la
melatonina, la hormona encargada de "provocar el sueño", se libera
cuando llega el ocaso.
La melatonina es una
hormona que produce una parte del cerebro llamada glándula pineal. La
melatonina puede ayudar a nuestros cuerpos a saber cuándo es hora de ir a
acostarse y cuándo es hora de levantarse.
En ciertos casos como
viajar a otro uso horario justifica la toma de melatonina
Existen dos tipos de
melatonina que pueden usarse en estas tabletas: natural y sintética, es decir,
fabricada por el hombre. La melatonina natural es fabricada a partir de la
glándula pineal de animales. Esta forma puede estar contaminada con un virus y
no es recomendable. La forma sintética de la melatonina no conlleva este
riesgo. Si usted no está seguro si su melatonina es natural o sintética
pregúntele a su médico o a su farmacéutico antes de tomarla.
Con los primeros rayos
del día, otra hormona que regula el sueño y que ayuda a despertar, el cortisol,
comienza a segregarse, por eso también es importante "recibir un pico
intenso de luz ambiental" que permita "desbancar" a la
melatonina y activar el cuerpo.
El ruido se convierte en
otro de los obstáculos para conseguir caer en los brazos de Morfeo durante las
calurosas noches de verano, ya que en estos meses proliferan las terrazas
nocturnas y una mayor actividad en las calles. Y es que más del 30% de la población
europea está expuesta a niveles de ruido que exceden los 55 decibelios por la
noche, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advierte
de que una exposición elevada provoca efectos adversos en la salud
cardiovascular y mental. En España, la ley acústica establece un máximo de 35
decibelios durante la noche, tal y como explica Moisés Laguna, ingeniero
acústico.
Además es importante la
alimentación, el deporte y los hábitos sociales o de trabajo que son otros reguladores del sueño y, por
tanto, modificarlos también puede provocar alteraciones en el descanso. Y es
durante las vacaciones cuando, precisamente, más se pierden los hábitos
repetidos durante el resto del año.
"Mientras dormimos
tienen lugar procesos biológicos que ayudan a regular las funciones biológicas
del cuerpo y del cerebro", explica Terán, por lo que la ausencia de un
buen descanso de manera prolongada puede provocar estrés y ansiedad, así como
irritación, cansancio o sudoración. Por último, el experto hace hincapié en
"evitar la medicación" aunque cueste dormir, puesto que la falta de
sueño transitoria no es una enfermedad como ocurre, por el contrario, con el
insomnio crónico.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2819937/0/sueno-dormir-verano-insomnio/#xtor=AD-15&xts=467263
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