“La 'ebriorexia' es un tipo de conducta anómala, frecuente
entre adolescentes, basada en restringir su alimentación durante la semana para
tomar calorías a partir del alcohol el fin de semana"
En la actualidad, dada la notoria pérdida de importancia que
registra la alimentación, cada vez son más frecuente los Trastornos de la
Conducta Alimentaria No Especificados
es decir, patologías que no cumplen criterios diagnósticos
de la anorexia o bulimia nerviosas, según el Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders (DSM IV-RT). Una tendencia habitual consiste en
unir las emociones y alimentación, como ocurre en el trastorno
por atracón (se dan atracones, como en la bulimia, pero sin conductas
compensatorias) y en casos de sobrepeso. La comida se utiliza para aliviar
emociones negativas, como el estrés, la tristeza o la ansiedad.
Hay una mayor preferencia por los dulces
por parte de las mujeres, mientras que los hombres prefieren alimentos ricos en
grasas saturadas y de alto contenido energético (comida rápida).
El tratamiento es multidisciplinar, de formación y de cambio
de hábitos. Aquí el farmacéutico puede ayudar.
No hay cambios en un trastorno o enfermedad si no hay
cambios en muchas conductas y hábitos previos.
Es decir, se deben elaborar programas de prevención basados
en aspectos nutricionales, autoestima, estrategias de afrontamiento, modelo
ideal y medios de comunicación o imagen corporal y, todo ello, informando,
cambiando actitudes y modificando conductas. La mera información no suele
provocar cambios y, cuando lo hace, no siempre se dan en la dirección deseada.
En ambos casos, es necesario explicarles la importancia de
una alimentación correcta, hablar acerca de mitos y creencias irracionales
sobre los alimentos, de los distintos grupos de alimentos, sus propiedades
nutricionales, la alimentación como factor de prevención frente a enfermedades,
la importancia de los horarios regulares, el consumo de alcohol y sus
consecuencias, la alimentación como acto social, las comidas fuera de casa y la
elaboración de una dieta variada y equilibrada. La forma de realizar la compra,
organizar el menú semanal y dar a conocer nuevas recetas para aumentar la
variedad en la alimentación son también otros aspectos.
Estudios recientes confirman que es frecuente que los adolescentes no
desayunen, no tomen nada a media mañana ni en la merienda (salvo bollería o
chucherías), solo coman un plato en el almuerzo sin pan ni postre y, en la
cena, se decanten por comida rápida (precocinados, embutidos o algo de fruta).
Cuando se pregunta a Patricia Bolaños por el análisis que hace de este panorama,
lo describe "como una irresponsabilidad" porque "los hábitos
alimentarios se adquieren en la infancia, en especial en el núcleo
familiar".Por Patricia Bolaños, dietista-nutricionista
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/enfermedad/2012/04/13/208712.php
1 comentario:
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