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lunes, 27 de agosto de 2018

REFORZAR TU MEMORIA CON MAS EJERCICIO Y MENOS SUPLEMENTOS MILAGROSOS




Los enemigos de la memoria son el estrés, el exceso de cortisol en sangre, la fatiga, la falta de sueño, el aburrimiento, etc.
Los amigos de la memoria son el ejercicio físico, el sueño reparador, la motivación, la atención, la autoestima y el trabajo ejercitando la memoria.
La memoria es una función compleja en la que intervienen muchas áreas cerebrales y depende de la capacidad de crear sinapsis entre redes neuronales que interconectan las áreas auditivas, visuales, el área frontal, el locus coeruleus y el hipocampo.
El locus coeruleus es una pequeña parte del tronco cerebral que libera norepinefrina, el neurotransmisor responsable de la regulación de la frecuencia cardiaca, la atención, la memoria y la cognición. Sus células o neuronas envían ramificaciones como los axones a través de gran parte del cerebro y ayudan a regular la actividad de los vasos sanguíneos.  De hecho, su alta interconexión puede hacerlo más susceptible a los efectos de las toxinas e infecciones en comparación con otras regiones del cerebro. Parece ser el primer lugar del cerebro afectado por la enfermedad de Alzheimer (por acumulación de proteína Tau).
Universidad de Stanford que, en un estudio dado a conocer en Nature Neuroscience, sacaron a relucir que el cerebro de los niños de 7 a 9 años a la hora de solucionar problemas matemáticos se comporta de manera distinta al cerebro adulto. La clave está en el hipocampo, una región cerebral en forma de caballito de mar esencial para que la memoria se forme. Mientras que en los niños es la zona más activa cuando resuelven problemas, al madurar apenas se activa, y en su lugar lo que entra en acción es el neocórtex cerebral, formado por seis capas de neuronas, donde el conocimiento matemático ya está consolidado.
Por otra parte, un estudio noruego del que se hacía eco Psychological Reports llegó a la conclusión de que lo que nos hace buenos en mates no es tanto el talento innato sino la práctica. "No existe un gen matemático", concluían los investigadores, que en sus experimentos pusieron a prueba cómo se desenvolvían setenta estudiantes de 10 años de edad en nueve tipos de tareas matemáticas, orales y escritas, abarcando desde sumas y restas hasta multiplicación mental o entender las manecillas del reloj y el calendario. Y demostraron que la destreza en cada una se adquiría con independencia del resto. La única forma de ser realmente unos ases de las matemáticas, concluían, es practicar.
Sin memoria tendríamos graves problemas, perderíamos nuestra identidad, nuestros recuerdos, nuestras habilidades y nos convertiríamos en poco mas que vegetales. Salvo en el caso de enfermedades crónicas graves como el Alzheimer esto no suele suceder; pero si que es cierto que podemos hacer mucho para mejorar nuestras  memorias (visual, auditiva, episódica, analítica, matemática, etc.)
Cuando tienes una semana de gran presión en el trabajo y es cuando más centrado deberías estar, es justo cuando mayor sucesión de despistes y olvidos encadenados tienes. Te preguntarás a qué se debe tamaño infortunio, cuando sueles tener una memoria de elefante y eres el ser más responsable bajo la capa de las estrellas. Pues, según algunas investigaciones, el estrés y la adversidad debilitan la capacidad del cerebro para aprender y retener información.
Para evitar que el estrés te juegue una mala pasada en este sentido, olvida el típico remedio de abuela de tomar rabos de pasa, ya que un estudio neurológico en ratones ha encontrado otra solución a este problema: el ejercicio regular puede contrarrestar esos efectos reforzando la comunicación entre las células cerebrales. Y no hablamos de ‘ejercicio mental’, sino el de sudar la gota gorda.
El ejercicio potencia el riego sanguíneo del cerebro, y la señalización entre áreas cerebrales y cuanto más fuertes sean los mensajes entre las neuronas, más fuertes y permanentes serán los recuerdos que guardan.
Sin embargo, esta conclusión se obtuvo tras observar a dos grupos de roedores: uno sedentario y otro que corría en la rueda. Además, los animales fueron sometidos a situaciones estresantes para intentar emular la ansiedad laboral o de otra índole que puede vivir un ser humano en su vida cotidiana. Tras esto se les introdujo en un laberinto para que aprendiesen el camino de vuelta y así poder comprobar el funcionamiento de su sinapsis.
Los resultados mostraron que, tras tres días de estrés crónico, las conexiones intracelulares de los roedores sedentarios eran mucho más débiles, mientras que la sinapsis de los que hacían ejercicio en la rueda era mucho más efectiva y fuerte, aun habiendo sido sometidos a estrés.
El ejercicio físico reduce el estrés y facilita el sueño y el descanso que mejoran la memoria. Mejora tu salud mental y tu estado de ánimo. Durante el ejercicio, su cuerpo libera sustancias químicas (endorfinas) que pueden mejorar su estado de ánimo y hacer que se sienta más relajado. Esto puede ayudar a lidiar con el estrés y reducir su riesgo de depresión.
Ayuda a mantener sus habilidades de pensamiento, aprendizaje y buen juicio a medida que envejece. El ejercicio estimula a su cuerpo a liberar factores de crecimiento, hormonas y otras substancias químicas que mejoran la función de su cerebro.
Extraído de:


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