Imágenes extraídas de: https://www.health.harvard.edu/healthy-eating/fighting-inflammation-at-the-meal-table
La inflamación tiene una cara buena
que es curativa, en presencia de un traumatismo o una infección, el sistema
inmune pone en marcha una señalización para generar una inflamación que permite
confinar el tejido dañado, destruir las células muertas y volver a regenerarlo.
La cara mala de la inflamación es
cuando el sistema inmune provoca una inflamación crónica que poco a poco va
destruyendo tejidos (arterias, cartílago, alveolos, riñones, etc.) sin que
tenga lugar la regeneración de dichos tejidos.
La inflamación empieza por la unión de anticuerpos a antígenos en los
tejidos, irritación mecánica o lesión.
Los microbios que rompen las
barreras epiteliales, por ejemplo, activan directamente el complemento y los
receptores tipo toll, dos componentes principales del sistema inmune innato
sistema. La activación de estos centinelas desencadena la síntesis y liberación
de mediadores inflamatorios con efectos agudos en las células epiteliales de
los vasos.
Esto produce la vasodilatación
localizada, el aumento de la permeabilidad vascular, la extravasación de
proteínas plasmáticas (y humorales) y la migración de leucocitos al tejido
afectado producen los signos clásicos de inflamación: calor, dolor, rubor,
tumor.
Otras veces la inflamación la provoca un derrame por rotura de vasos y se originan enfermedades inflamatorias en los órganos periféricos o en el sistema nervioso central, que incluyen apoplejía aguda, hipertensión e incluso afecciones crónicas como la enfermedad de Alzheimer.
Los glóbulos blancos migran desde la médula del hueso (fémur, esternón, tibia, cráneo, brazos, pelvis, etc.) hasta el tejido afectado. Las células del sistema inmunitario que responden a un derrame u otra lesión cerebral en un modelo animal provienen, según un reciente descubrimiento un equipo de investigación del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’) de la médula ósea del mismo cráneo y migran por canales especiales de forma mas rápida que los que vienen de la médula de otros huesos.
¿Qué tienen en común las enfermedades del corazón, la obesidad, la artritis reumatoide, la diabetes, la gota, el asma y otras enfermedades crónicas? ¡La Inflamación que lleva asociada! Si estamos padeciendo una enfermedad crónica deberíamos interesarnos por este tema y ver que remedios nutricionales y cambio en hábitos saludables necesitamos para mejorar nuestra salud.
Hay dos tipos de inflamación: aguda (a corto plazo) y crónica (a largo plazo). Si bien la inflamación aguda es una parte esencial del proceso de curación, la inflamación crónica puede provocar que muchas de las afecciones y es un factor de riesgo para la salud.
La inflamación es un elemento clave en una amplia gama de enfermedades crónicas, que incluyen enfermedades cardíacas, diabetes, síndrome metabólico, psoriasis y enfermedad inflamatoria intestinal.
También las alergias provocadas porque el sistema inmunitario se vuelve hipersensible a alérgenos como el polvo y el polen; provocan inflamación. La exposición repetida a estos alérgenos puede provocar inflamación, que, si no se controla, puede causar daño tisular.
Las articulaciones pueden sufrir artritis reumatoide y gota, y la inflamación es un factor clave en ambos. En el caso de la artritis reumatoide, el sistema inmune del cuerpo se ataca a sí mismo, lo que lleva a una inflamación que puede dañar los tejidos. La inflamación asociada con la gota puede, a largo plazo, causar daño articular y pérdida de movilidad.
Incluso tu cerebro es susceptible a la inflamación; que puede alterar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que produce daño tisular y deterioro cognitivo. La inflamación también puede conducir a la acumulación de proteínas Tau de proteínas dañinas relacionadas con el Alzheimer.
Que podemos hacer?
Medicamentos
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el paracetamol, la aspirina y el ibuprofeno frenan la inflamación y son analgésicos. También los cortico esteroides pueden cortar la inflamación, pero no se deben tomar por mucho tiempo y siempre con la supervisión del médico. Todos medicamentos tienen beneficios y riesgos y es el medico el que evalúa, cuanto como y durante cuánto tiempo se deben tomar.
Alimentos
Además de los medicamentos antiinflamatorios, tenemos muchos alimentos como ácidos grasos de cadena larga omega 3, frutas, verduras y nueces, minimizar el estrés, dormir más y dejar de fumar, pueden ayudar a controlar la inflamación crónica y prevenir o reducir su efectos dañinos.
Frutas y vegetales. La mayoría de las frutas de verduras de colores brillantes contienen altos niveles de antioxidantes naturales y compuestos protectores de polifenoles que se encuentran en las plantas.
Nueces y semillas. Los estudios también han asociado nueces y semillas con marcadores reducidos de inflamación y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
Bebidas Se cree que los polifenoles en el café y los flavonoles en el cacao tienen propiedades antiinflamatorias. El té verde es rico en polifenoles y antioxidantes.
Los probioticos se han mostrado eficaces para controlar diarreas e inflamaciones crónicas.
Ejercicio físico
El ejercicio físico practicado con regularidad reduce la inflamación crónica y alivia el dolor.
Otras veces la inflamación la provoca un derrame por rotura de vasos y se originan enfermedades inflamatorias en los órganos periféricos o en el sistema nervioso central, que incluyen apoplejía aguda, hipertensión e incluso afecciones crónicas como la enfermedad de Alzheimer.
Los glóbulos blancos migran desde la médula del hueso (fémur, esternón, tibia, cráneo, brazos, pelvis, etc.) hasta el tejido afectado. Las células del sistema inmunitario que responden a un derrame u otra lesión cerebral en un modelo animal provienen, según un reciente descubrimiento un equipo de investigación del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Nature Neuroscience’) de la médula ósea del mismo cráneo y migran por canales especiales de forma mas rápida que los que vienen de la médula de otros huesos.
¿Qué tienen en común las enfermedades del corazón, la obesidad, la artritis reumatoide, la diabetes, la gota, el asma y otras enfermedades crónicas? ¡La Inflamación que lleva asociada! Si estamos padeciendo una enfermedad crónica deberíamos interesarnos por este tema y ver que remedios nutricionales y cambio en hábitos saludables necesitamos para mejorar nuestra salud.
Hay dos tipos de inflamación: aguda (a corto plazo) y crónica (a largo plazo). Si bien la inflamación aguda es una parte esencial del proceso de curación, la inflamación crónica puede provocar que muchas de las afecciones y es un factor de riesgo para la salud.
La inflamación es un elemento clave en una amplia gama de enfermedades crónicas, que incluyen enfermedades cardíacas, diabetes, síndrome metabólico, psoriasis y enfermedad inflamatoria intestinal.
También las alergias provocadas porque el sistema inmunitario se vuelve hipersensible a alérgenos como el polvo y el polen; provocan inflamación. La exposición repetida a estos alérgenos puede provocar inflamación, que, si no se controla, puede causar daño tisular.
Las articulaciones pueden sufrir artritis reumatoide y gota, y la inflamación es un factor clave en ambos. En el caso de la artritis reumatoide, el sistema inmune del cuerpo se ataca a sí mismo, lo que lleva a una inflamación que puede dañar los tejidos. La inflamación asociada con la gota puede, a largo plazo, causar daño articular y pérdida de movilidad.
Incluso tu cerebro es susceptible a la inflamación; que puede alterar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que produce daño tisular y deterioro cognitivo. La inflamación también puede conducir a la acumulación de proteínas Tau de proteínas dañinas relacionadas con el Alzheimer.
Que podemos hacer?
Medicamentos
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el paracetamol, la aspirina y el ibuprofeno frenan la inflamación y son analgésicos. También los cortico esteroides pueden cortar la inflamación, pero no se deben tomar por mucho tiempo y siempre con la supervisión del médico. Todos medicamentos tienen beneficios y riesgos y es el medico el que evalúa, cuanto como y durante cuánto tiempo se deben tomar.
Alimentos
Además de los medicamentos antiinflamatorios, tenemos muchos alimentos como ácidos grasos de cadena larga omega 3, frutas, verduras y nueces, minimizar el estrés, dormir más y dejar de fumar, pueden ayudar a controlar la inflamación crónica y prevenir o reducir su efectos dañinos.
Frutas y vegetales. La mayoría de las frutas de verduras de colores brillantes contienen altos niveles de antioxidantes naturales y compuestos protectores de polifenoles que se encuentran en las plantas.
Nueces y semillas. Los estudios también han asociado nueces y semillas con marcadores reducidos de inflamación y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
Bebidas Se cree que los polifenoles en el café y los flavonoles en el cacao tienen propiedades antiinflamatorias. El té verde es rico en polifenoles y antioxidantes.
Los probioticos se han mostrado eficaces para controlar diarreas e inflamaciones crónicas.
Ejercicio físico
El ejercicio físico practicado con regularidad reduce la inflamación crónica y alivia el dolor.
Extraído de https://www.health.harvard.edu/promotions/harvard-health-publications/understanding-inflammation?utm_source=delivra&utm_medium=email&utm_campaign=HB20180825-Inflammation&utm_id=1019799&dlv-ga-memberid=10898712&mid=10898712&ml=1019799
http://www.gacetamedica.com/especializada/descubren-la-existencia-de-tuneles-que-conectan-la-medula-osea-y-el-cerebro-JF1698946
http://www.gacetamedica.com/especializada/descubren-la-existencia-de-tuneles-que-conectan-la-medula-osea-y-el-cerebro-JF1698946
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