Imagen de : https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dopamine_and_serotonin_pathways.png
y de https://en.wikipedia.org/wiki/Lovers_of_Teruel#/media/File:Los_amantes_de_Teruel_(Antonio_Mu%C3%B1oz_Degrain).jpg
Todos hemos oído el síndrome de abstinencia de los drogadictos cuando de repente dejan de tomar la droga (heroína, etc.) Ello se debe a que nuestro cerebro tiene receptores opiáceos en el centro del placer y la recompensa (situados en el nucleus accumben del cerebro medio) que se activan por la producción endógena de substancias (dopamina, endorfinas, etc.) y también por la ingesta de drogas tales como la heroína.
Cuanta más heroína toma uno al cabo del tiempo, más dosis necesita para obtener el mismo placer. Es decir existe una habituación que exige tomar cada vez mayores cantidades de droga exógena debido a la adicción y a la tolerancia a dicha droga.
Pero desgraciadamente la droga destruye conexiones y neuronas porque es tóxica.
Si de repente se deja de tomar la droga habitual se entra en síndrome de abstinencia con ansiedad, temblores, sudores fríos, diarreas, etc.
También ocurre que las personas adictas al deporte por lo que obtienen sensación de bienestar, serenidad después de practicar deporte debido a la producción de serotonina, dopamina y endorfinas ; si por la razón que sea dejan de hacer deporte durante varios días tienen una sennsacion de intranquilidad, irritabilidad que desaparece volviendo a practicar deportes.
La noticia es que las personas que están enamoradas y de repente la otra persona corta la relación entran en un síndrome de abstinencia del amor.
Muchos psicólogos, como Griffin-Sheley, Halpern, Peele y Brodsky, Shaef, etc, suelen relacionar la adicción con el enamoramiento porque ambos enamorados comparten una serie de comportamientos, como una atención intensa o los cambios de humor. Además, y según estos investigadores, enamoramiento y adicciones generan ansiedad, comportamientos compulsivos y obsesivos, distorsión de la realidad, dependencia emocional, cambios en la personalidad, pérdida de autocontrol y hasta cambios en la cantidad de riesgos que se cometen.
«No solo echamos de menos a la persona, sino también las rutinas que teníamos con ella»
Para rastrear el origen del desamor, hay que ir detrás de un único responsable: el enamoramiento. En opinión de Juan Lerma, investigador en el Instituto de Neurociencias de Alicante, «amor y desamor son las dos caras de una misma moneda. El primero hace subir los niveles de dopamina y oxitocina en tu cerebro y te hace sentir apego y placer. El otro hace que eches en falta este apego, y que sufras ansiedad
Esto puede ser realmente intenso. El desamor es considerado como un evento vital signiticativo. Tal como escriben los investigadores Boelen, Reijntjes y Fisher, «representa quizás una de las experiencias más traumáticas, angustiosas y desconcertantes (dejando al margen la muerte de un ser querido) que una persona puede experimentar».
¿Hasta qué punto ocurre esto? Se puede decir que el amor romántico es casi universal. Por ejemplo, el investigadora Helen E. Fisher lo detectó en 147 de las 166 sociedades que estudió. Por eso, no sorprende que el desamor también sea un fenómeno muy extendido. Otra prueba de esto es que, en un estudio hecho entre universitarios estadounidenses, el 93 por ciento de los encuestados dijo haber sido rechazado por alguien a quien amaban apasionadamente. Por otro lado, el 95 por ciento de ellos dijo haber rechazado o dejado a alguien que estaba profundamente enamorado de ellos. En ocasiones esto puede llegar a romper familias: se considera que casi la mitad de los matrimonios en el mundo occidental acabará en un divorcio.
La primera etapa del desamor: la protesta
El desamor comienza con una primera etapa de
incredulidad, protesta y refuerzo del apego: «El cerebro se
aterroriza, y reacciona como si estuviera ante una amenaza. Comienzas a
sentirte fatal, tu sistema inmune se debilita y suben los niveles de estrés»,
explica Espinosa. Investigadores como Ethan
Kross han sugerido incluso que en el cerebro se activan algunas de las
zonas que intervienen en la generación del dolor físico.
Durante esa fase, es frecuente que las personas rechazadas
traten de volver con sus ex-parejas, de forma obsesiva. Puede aparecer una
sensación general de irritación y furia, que en algunos casos pueden facilitar
que algunas personas incluso desencadenen comportamientos violentos. En la
situaciones más extremas, puede aparecer la depresión o incluso comportamientos
suicidas y homicidas.
Algunas de las causas están en el cerebro y en las hormonas que influyen en
las emociones. Por motivos aún no del todo claros, en el cerebro se activa una
auténtica tormenta química.En primer lugar, comienza a liberar cortisol, la hormona del estrés. También disminuyen los niveles de serotonina, y en consecuencia la capacidad de pensar racionalmente se resiente. Por otra parte, aumenta la sensación de enamoramiento, porque suben los niveles de dos hormonas clave en el amor: la dopamina y la oxitocina.
Últimas etapas: melancolía y reorganización
Por suerte, después de toda
tormenta, llega la calma, ya en la segunda fase del desamor. Esta calma es al principio una mezcla
de resignación, desesperanza y pesimismo, cuya superación es
fundamentalmente «cuestión de tiempo», según Espinosa. En los casos más graves,
algunas personas reciben ayuda a través de antidepresivos. Sin embargo, estos
tienen un efecto secundario extra: dificultan poder enamorarse de nuevo porque
inhiben algunas de las hormonas que disparan el «flechazo».
Para llegar a esta fase, es especialmente importante haber cambiado las rutinas, porque «no solo echamos de menos a la persona, sino también las rutinas que teníamos con ella». Con suerte, y si todo va bien, «poco a poco vuelves a sonreír, y ya no sientes ese profundo cansancio de conocer gente nueva y salir».
La recuperación que siempre llega
El proceso de recuperación puede
llevar meses o incluso años, dependiendo de la persona.
A nivel cerebral, requiere que las
partes del cerebro que están activadas con el enamoramiento, como algunos
circuitos de recompensa (área ventral tegmental derecha o el cuerpo estriado)
vuelvan a la normalidad. Y, sobre todo, es necesario que ocurra un proceso de
aprendizaje en córtex prefrontal que le permita al individuo recuperar su interés
amoroso por nuevas personas.
El aprendizaje requiere bastante
tiempo, pero hay formas de acelerarlo. En palabras de Jacqueline Olds,
profesora en la Escuela de Medicina de Harvard, «la conexión social entre la
persona rechazada y sus amigos ayuda mucho. Las actividades placenteras pueden ayudar,
según Olds, a corto plazo. Cantar, Bailar, escuchar música, comer o hacer
ejercicio tienen un efecto positivo.
Tal como ha opinado Manuel de Juan
Espinosa, una de las cosas positivas de ese dolor es que en ese momento «es cuando se escriben las
mejores poesías y las mejores canciones». En la mayoría de los
casos, la historia de desamor acaba con un punto y final. Pero no como el final
trágico de los amantes de Teruel.
Extraído de :
http://www.abc.es/ciencia/abci-explicacion-biologica-sufre-tanto-cuando-dejan-201702172257_noticia.html
1 comentario:
It's so important to realize that every time you get upset, it drains your emotional energy.
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