Las personas que controlan sus emociones,
lo que se denomina regulación emocional, tienen una mejor salud cardiovascular.
Esta regulación, según un artículo publicado en la Revista Española de
Cardiología, se utiliza para valorar el estado de salud del corazón ya que,
según los expertos, unos niveles bajos de tal variabilidad están directamente
vinculados a la edad, a una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y
a un mayor índice de mortalidad por causa cardiaca.
Concretamente, emociones como la ansiedad o
el estrés surgen ante una situación de incertidumbre o por la anticipación de
algo negativo. Por su parte, el enfado o la frustración surgen ante el
impedimento para conseguir nuestros objetivos o la simple percepción de
injusticia.
Está demostrado que la habilidad para
regular las emociones se relaciona con este indicador, es decir, si una persona
es capaz de poner en marcha estrategias adecuadas ante una situación
emocionalmente intensa está también ayudando a que su corazón funcione mejor y
se adapte más adecuadamente a las exigencias diarias.
La regulación emocional es una habilidad
central en la inteligencia emocional, definida como la habilidad para regular
las emociones propias y ajenas promoviendo un crecimiento emocional e
intelectual.
Así, ante una situación emocionalmente
intensa ponemos en marcha nuestros recursos o estrategias para afrontarla:
evitar el problema, obsesionarse con este o autoculparse son, entre otras,
estrategias inadecuadas que no sólo no resuelven el problema, sino que
perjudican seriamente nuestro funcionamiento mental y físico.
Para controlar las emociones se puede echar
mano del Yoga, la respiración, el ejercicio físico y las relaciones sociales
El ejercicio físico es básico para la salud de nuestro organismo. O de otro modo, el sedentario va siempre contra nuestro cuerpo. Pero es que los beneficios de la actividad física también redundan en el cerebro. Científicos norteamericanos han visto que una molécula llamada irisina, producida al hacer ejercicio, tiene efectos neuroprotectores, es decir, aumenta la salud del cerebro. Según un estudio publicado en la revista Cell Metabolism, los científicos lograron aumentar artificialmente los niveles de irisina en la sangre para activar los genes que participan en el aprendizaje y la memoria, un hallazgo que puede ser útil para diseñar fármacos que usen esta molécula para proteger de enfermedades neurodegenerativas y mejorar la cognición en el envejecimiento de la población. La irisina a su vez aumenta la presencia factor neurotrófico derivado del cerebroAunque se sabe que el ejercicio puede mejorar la función cognitiva y disminuir los síntomas de las enfermedades neurológicas, como la depresión, derrames cerebrales y el alzhéimer, los mecanismos subyacentes a estos efectos no están claros. Se cree que juega un papel importante un factor de crecimiento llamado factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) . A través de experimentos realizados en ratones, los autores de esta investigación, dirigida por el doctor Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE UU), encontraron que una molécula llamada FNDC5 y su producto derivado, irisina, se elevan por la práctica de ejercicio de resistencia en el cerebro y aumentan la expresión de BDNF. Por otro lado, los ratones genéticamente alterados para tener bajos niveles de irisina en el cerebro redujeron los niveles de BDNF. El equipo de científicos también encontró que el aumento de los niveles de irisina en la circulación provocó que la molécula traspasara la barrera hematoencefálica, donde se aumentó la expresión de BDNF y se activaron los genes implicados en la cognición. "Nuestros resultados indican que FNDC5/irisina tiene la capacidad de controlar una vía neuroprotectora muy importante en el cerebro", explica el doctor Spiegelman. Los investigadores planean trabajar en el desarrollo de una forma estable de la proteína irisina que se pueda dar a los ratones por inyección y logre aumentar las vías de lucha contra la degeneración natural del cerebro.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1946521/0/ejercicio/molecula-irisina/salud-cerebro/#xtor=AD-15&xts=467263
El ejercicio físico es básico para la salud de nuestro organismo. O de otro modo, el sedentario va siempre contra nuestro cuerpo. Pero es que los beneficios de la actividad física también redundan en el cerebro. Científicos norteamericanos han visto que una molécula llamada irisina, producida al hacer ejercicio, tiene efectos neuroprotectores, es decir, aumenta la salud del cerebro. Según un estudio publicado en la revista Cell Metabolism, los científicos lograron aumentar artificialmente los niveles de irisina en la sangre para activar los genes que participan en el aprendizaje y la memoria, un hallazgo que puede ser útil para diseñar fármacos que usen esta molécula para proteger de enfermedades neurodegenerativas y mejorar la cognición en el envejecimiento de la población. La irisina a su vez aumenta la presencia factor neurotrófico derivado del cerebroAunque se sabe que el ejercicio puede mejorar la función cognitiva y disminuir los síntomas de las enfermedades neurológicas, como la depresión, derrames cerebrales y el alzhéimer, los mecanismos subyacentes a estos efectos no están claros. Se cree que juega un papel importante un factor de crecimiento llamado factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) . A través de experimentos realizados en ratones, los autores de esta investigación, dirigida por el doctor Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE UU), encontraron que una molécula llamada FNDC5 y su producto derivado, irisina, se elevan por la práctica de ejercicio de resistencia en el cerebro y aumentan la expresión de BDNF. Por otro lado, los ratones genéticamente alterados para tener bajos niveles de irisina en el cerebro redujeron los niveles de BDNF. El equipo de científicos también encontró que el aumento de los niveles de irisina en la circulación provocó que la molécula traspasara la barrera hematoencefálica, donde se aumentó la expresión de BDNF y se activaron los genes implicados en la cognición. "Nuestros resultados indican que FNDC5/irisina tiene la capacidad de controlar una vía neuroprotectora muy importante en el cerebro", explica el doctor Spiegelman. Los investigadores planean trabajar en el desarrollo de una forma estable de la proteína irisina que se pueda dar a los ratones por inyección y logre aumentar las vías de lucha contra la degeneración natural del cerebro.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/1946521/0/ejercicio/molecula-irisina/salud-cerebro/#xtor=AD-15&xts=467263
Thank you for providing such a valuable information and thanks for sharing this matter.
ResponderEliminar