Alimentación sana. Imagen extraída de:
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La esperanza de vida en nuestro entorno se esta alargando considerablemente.
Vivimos mas y mejor que antiguamente gracias a la higiene y a los buenos hábitos de vida. Nos mantenemos activos mucho mas tiempo que nuestros antepasados. Pronto llegaremos a vivir hasta el límite biológico de nuestra herencia genética, dado que disponemos de todos los alimentos y nutrientes que necesitamos, a un precio asequible.
En
esta situación, realizar el sueño de dar años a la vida y dar calidad de vida a
los años, solamente depende de nuestra educación. Debemos saber alimentarnos y
mantenernos activos. La salud es el bien más preciado a partir de cierta edad
según encuestas de la población española.
El famoso cardiólogo Valentín Fuster, en su libro La
Ciencia de la Salud, expone que los
enemigos de la salud (dirigiéndose principalmente a la salud
cardiovascular que es su especialidad) en nuestra época serían la obesidad,
tabaquismo, sedentarismo, el estrés y la mala alimentación. Y los factores de
riesgo que podemos y debemos controlar serían la hipertensión, el peso, el
colesterol, la glucosa en sangre y además debemos hacernos pruebas para la
prevención porque cuando antes se diagnostique la enfermedad mas fácil
tratamiento y mejor pronostico tiene.
La buena alimentación, ausencia de estrés y el ejercicio físico son los fogones donde se cuece la salud: Aumentar el consumo y variedad de frutas y verduras, los frutos secos, el pescado, así como el aceite de oliva; y evitar las grasas industriales tipo “trans” , los embutidos y la bollería industrial y los dulces.
Llevar una
vida con hábitos saludables, bien planificada y con valores morales, apreciar
la amistad y la familia. Tener un código ético.
También es importante vivir en un entorno evitando
la contaminación.
Frente a la gran oferta de alimentos y de ocupación de nuestro tiempo, debemos saber elegir las opciones que son mejores para nuestra salud (y evitar las perjudiciales).
En la juventud necesitamos tener un crecimiento y desarrollo tanto del sistema músculo-esquelético, como del desarrollo neuronal.
Los aportes suficientes de minerales (Calcio,
Fósforo Azufre, Potasio,, hierro, Zinc y Magnesio) y vitaminas( ácido fólico,
grupo B, vitaminas A, D y E) son fundamentales para el crecimiento junto con
los aminoácidos esenciales y las grasas.
Los minerales y las vitaminas forman parte de
los enzimas que actúan como catalizadores en las reacciones bioquímicas para la
producción de energía, la formación de nuevos tejidos a partir de las proteínas
y para la formación de defensas en el sistema inmunitario. También los
minerales forman parte integrante del esqueleto, proporcionando consistencia
como el calcio y el fósforo; y el hierro de la hemoglobina de la sangre.
En jóvenes deportistas que tienen un gasto grande de energía o en personas mayores que tienen menor asimilación de nutrientes, o en personas muy activas, es importante completar la alimentación con la jalea real, germen de trigo, polen, levadura de cerveza, tirosina y glutamina.
El cáncer ocurre cuando el sistema inmunitario no puede parar el crecimiento descontrolado de las células cancerosas. Un tercio de los casos se debe al tabaquismo y otro tercio a la mala alimentación (el resto son por causas genéticas). Los compuestos fotoquímicos, antioxidantes, Polifenoles, Isoflavonas, ciertas vitaminas (A, C, E, ácido fólico) y minerales (Zinc, cobre y selenio) previenen el cáncer (aunque no pueden curarlo).
La OMS recomienda moderación en la ingesta de
grasas saturadas, sal, alcohol y azúcares. También el consumo de abundantes
frutas y vegetales. Finalmente tomar aceite de oliva virgen y no fumar.
Es importante conocer métodos de relajación y
actitud positiva frente a las adversidades de la vida.
Los problemas gastrointestinales y el estreñimiento se deben combatir con el consumo adecuado de fibra, de probióticos y prebióticos. Siempre sin olvidar potenciar la función hepática. Hay multitud de preparados que nos ayudan en esta tarea tales como la alfalfa, pectina de manzana, semillas de lino, lactobacilus acidóphilus, lactobacilus bífidus, anís verde, cominos, cardo mariano y glutamina.
Las enfermedades cardiovasculares que se llevan muchas vidas se pueden prevenir con el consumo de aceites de pescado Omega-3, la lecitina y las vitaminas antioxidantes tales como la vitamina E, y evitando el consumo excesivo de grasas saturadas. Estos nutrientes nos ayudan a prevenir las causas de las enfermedades: regular los niveles de colesterol y triglicéridos, mejorar el estado del corazón, arterias, coagulación sanguínea, presión sanguínea, sistema inmunológico.
En cualquier caso se recomienda el ejercicio
moderado y supervisado por especialista para mantener la movilidad de las
articulaciones afectadas.
La carencias nutricionales puede ocurrir por diversas circunstancias tales como, consumo insuficiente, mala calidad del alimento, mala absorción intestinal, mal metabolismo, diarreas, infecciones intestinales, contaminantes, necesidades incrementadas. Por ello es siempre aconsejable siempre prevenir la carencias, para evitar tener que curar después.