El ejercicio regular y la actividad física pueden ayudar a
sacar el mejor provecho de nuestros
genes. El tener una buena dotación genética no es suficiente para vivir
con calidad de vida, si no se mantienen hábitos saludables (buena alimentación,
ejercicio físico, relaciones sociales y familiares, dormir bien, controlar el
paso, controlar el estrés, higiene, etc.)
En estudios epigenéticos con gemelos univitelinos se pone en
evidencia que aun teniendo la misma dotación genética, los buenos hábitos hacen
que se active la expresión de los genes protectores frente a enfermedades
crónicas.
El sedentarismo y mala alimentación hace que se desactiven
dichos genes por metilaciones y modificaciones en las histonas del ADN, a la vez que se activan otros genes promotores de cáncer y
enfermedades (esto se ha demostrado en la Epigenética).
El ejercicio moderado y vigoroso es un medio muy interesante
para mantener la salud. Sin embargo el ejercicio extenuante ya no es tan saludable pues provoca
(aunque sea de forma transitoria aguda) estados inflamatorio y de estrés
oxidativo.
Lo mismo ocurre con la obesidad pero en este caso se genera un
estado inflamatorio permanente y crónico.
La obesidad es actualmente una pandemia y uno de los
principales problemas de salud pública. Según la OMS, millones de muertes
anuales son atribuibles al sobrepeso y obesidad. Un balance positivo entre la
ingesta y el gasto energético hace que se aumente el peso a largo plazo, si se
siguen estilos de vida poco saludables. La obesidad se considera el resultado de una variedad de
interacciones entre factores genéticos, sociales, económicos, enfermedades
endocrinas, metabólicas y psicopatológicas2
Dada su complejidad el abordaje del tratamiento de la
obesidad debe de ser multidisciplinar con actuación conjunta de todos los
agentes de salud: médicos y enfermeras de atención primaria y hospitalaria,
endocrinos, educadores de actividad física, farmacéuticos, dietistas y
psiquiatras.
Dado el aumento imparable de prevalencia del sobrepeso y de
la obesidad así como de las dificultades para su tratamiento una vez
establecidas, es lógico pensar en la necesidad de prevenirlas, la prevención de
la ganancia ponderal es más fácil, menos cara y potencialmente más eficaz que
tratar la obesidad una vez establecida.
El ejercicio físico
es uno de los más importantes para conservar la salud y tener calidad de vida:
Ayuda a controlar tu peso Junto con la dieta, el ejercicio
juega un papel importante en el control de su peso y la prevención de la
obesidad. Para mantener su peso, las calorías que come y bebe deben igualar la
energía que quema. Para perder peso, debe gastar más calorías de las que come y
bebe. No hay alimento ni bebida milagroso para quemar grasa coporal.
Reduce el riesgo de enfermedades del corazón. El ejercicio
fortalece su corazón y mejora su circulación. El aumento del flujo sanguíneo
aumenta los niveles de oxígeno en su cuerpo. Esto ayuda a reducir el riesgo de
enfermedades del corazón como colesterol alto, enfermedad de la arteria
coronaria y ataque cardíaco. El ejercicio regular también puede disminuir su
presión arterial y los niveles de triglicéridos.
Ayuda a controlar el azúcar en la sangre y los niveles de
insulina. El ejercicio puede disminuir su nivel de azúcar en la sangre y ayudar
a que su insulina funcione mejor. Esto puede reducir su riesgo de síndrome
metabólico y diabetes tipo 2. Y si ya tiene una de esas enfermedades, el
ejercicio puede ayudar a controlarla.
Ayuda a dejar de fumar El ejercicio puede hacer que sea más
fácil dejar de fumar al reducir los antojos y los síntomas de abstinencia.
También puede ayudar a limitar el peso que puede ganar al dejar de fumar.
Mejora tu salud mental y tu estado de ánimo. Durante el
ejercicio, su cuerpo libera sustancias químicas (endorfinas) que pueden mejorar
su estado de ánimo y hacer que se sienta más relajado. Esto puede ayudar a
lidiar con el estrés y reducir su riesgo de depresión.
Ayuda a mantener sus habilidades de pensamiento, aprendizaje
y buen juicio a medida que envejece.
El ejercicio estimula a su cuerpo a
liberar factores de crecimiento, hormonas y otras substancias químicas que
mejoran la función de su cerebro.
Fortalece los huesos y músculos. El ejercicio regular puede
ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar huesos fuertes. Más adelante en
la vida, también puede disminuir la pérdida de densidad ósea que viene con la
edad. Hacer actividades de fortalecimiento muscular puede ayudarlo a aumentar o
mantener su masa muscular y su fuerza. Esto es importante para las mujeres en
la menopausia.
Reduce el riesgo de algunos tipos de cáncer, incluidos
cáncer de colon, mama, útero y pulmón.
Reduce el riesgo de caídas. Para los adultos mayores, la
investigación muestra que realizar actividades de fortalecimiento muscular y
equilibrio, además de la actividad aeróbica de intensidad moderada, puede
ayudar a reducir el riesgo de caídas.
Mejora la calidad del sueño El ejercicio puede ayudar a quedarse dormido
más rápido y quedarse dormido por más tiempo. No se aconseja hacer ejercicio
estresante justo antes de dormir.
Mejora la salud sexual El ejercicio regular puede reducir el
riesgo de disfunción eréctil (DE) en los hombres. Para aquellos que ya tienen
disfunción eréctil, el ejercicio puede ayudar a mejorar su función sexual. En
las mujeres, el ejercicio puede aumentar la excitación sexual.
Aumenta las posibilidades de vivir más tiempo. Los estudios
demuestran que la actividad física puede reducir el riesgo de fallecer
prematuramente por las principales causas de muerte, como las enfermedades
cardíacas y algunos cánceres.
Extraído de :
Referencias: Sanchez Benito J.L:"Nutrición para
deportes de resistencia. Hábitos Ejercicio Alimentación", EDITORIAL
ACADEMICA ESPAÑOLA Número 14491 e ISBN 978-3-659-04053-5