imagen extraida de ; http://www.muycomputerpro.com/zona-transformacion-digital/intel-redes-comunicaciones/
Todos conocíamos a alguien que era adicto al juego y
que desplumaba a familiares y amigos para jugárselo al Bingo, el casino, o la lotería.
Viven en continua ansiedad que solo pueden controlar
en el juego. De la misma forma si publicamos algo en las redes sociales y nadie
dice que le gusta entramos en estado de estrés y ansiedad
Algo asi ocurre actualmente, sobre todo en los
jóvenes con las redes sociales. Lo que no se airea en las redes sociales es
como si no hubiera ocurrido. No podemos controlar las ansias de enseñar
nuestras fotos y de escupir el veneno que tenemos dentro cuando algo no nos
gusta. Por otra parte pasamos horas leyendo y espiando lo que otros publican.
Tenemos que insultar al que no nos cae bien y acosar
para divertirnos. Además las redes sociales nos dan sensación de endiosamiento
e impunidad.
Es como al volante, cualquier acomplejado se pone a
insultar y a infligir las normas, porque acelerando se puede escapar.
Las redes sociales, el juego y el placer de incumplir
la norma en la conducción levantan las pasiones más bajas del ser humano. Nos
hacen vivir en un mundo imaginario y distorsionado en el que somos dioses y
podemos hacer lo que nos dé la gana. Hasta castigar y acosar a quien no nos cae
bien.
Es importante por lo tanto saber darles el poco
valor real que tienen para poder controlar nuestras emociones asociadas.
Cada vez hay más interacción “tecnológica” y menos personal y eso nos afecta
tanto como nos ayuda. Así es, ya que tenemos una idea falsa de “tener amigos” o
“saber del otro”.Las redes sociales y los mensajes a través del móvil se han convertido en los medios para conocer gente, interactuar y estar al tanto de las novedades de familiares o amigos. Algún partido político es maestro en la utilización de las redes sociales.
Sin embargo, no hay nada como un abrazo, un beso y una palabra de aliento dicha “cara a cara”.
Aunque recibir un mensaje de una persona querida puede robarnos una sonrisa, el efecto será mucho mayor si ese individuo nos mira a los ojos.
En pacientes con depresión el contacto físico es fundamental para reducir el cuadro depresivo y un tratamiento eficaz no incluye interacción a través de los dispositivos actuales.
La comunicación con medios digitales tiene un impacto positivo en cuestiones relacionadas con el sentido de pertenencia(a un grupo social o partido político), la autoestima o el estado de ánimo en los adolescentes y en los adultos jóvenes.
El uso de estos portales está generalmente asociado a aspectos negativos tales como la tristeza, el estrés, la soledad y la baja autoestima.
Nos sentimos menos que los demás, nos comparamos todo el tiempo y pensamos por qué el otro tiene una “mejor vida” sobre todo cuando escuchamos las noticias sobre la corrupción..
Una de las principales características de las redes sociales es que no nos mostramos tal cual somos sin el freno de la socialización y de la educación.
Es decir, que formamos un perfil con aquello que nos hace parecer más felices, más enamorados o más divertidos. Pero en realidad tapamos los momentos menos agradables de las relaciones, del trabajo, del día a día, etc.
Muchas personas no poseen un “filtro de sensatez” y no se pueden contener con lo que publican. Utilizan las redes sociales para expresarse o bien para demostrar que son superiores al resto (aunque sea de forma inconsciente).
Las personas mayores de 40 años siguen prefiriendo la comunicación cara a cara o, por lo menos, “voz a voz” llamando por teléfono en lugar de enviar un mensaje.
Además el comportamiento en las redes sociales es más comedido y le prestan mayor atención a la privacidad, en comparación con los jóvenes, quienes no tienen en cuenta qué cosas comparten.
La generación nacida después del año 2000 se ha criado en contacto directo con la tecnología, la cual forma parte de sus vidas desde el vientre materno.
Para ellos la comunicación a través de las redes sociales es lo más normal del mundo y cada vez son más pequeños cuando abren un perfil en ellas.
Esto quiere decir que nos movemos en círculos donde hay personas con intereses similares a los nuestros.
La
influencia que tienen las redes sociales en la autoestima es mayor en aquellas
personas con gran dependencia de las mismas.
Necesitamos
sentirnos “aprobados” por los demás para mejorar nuestra autoestima.
Un típico
“me gusta” de Facebook significa para muchos una recompensa o un aliciente para
nuestros problemas, pero esto no debería ser así.
La cantidad
de amigos, seguidores o comentarios parece ser el medio de demostrar
popularidad y, sobre todo, de obtener felicidad
efímera
Las redes
sociales estimulan cuatro funciones cerebrales:
- Autosuficiencia
- Búsqueda de aprobación
- Comparación
- Mecanismo de deseo sexual
Si bien
podemos pensar que alguien que se encuentra todo el día conectado y manda
decenas de imágenes es alguien dichoso, en realidad, cuantas más horas se usa
una red social, mayor es el grado de infelicidad e insatisfacción.
Para evitar
que las redes sociales afecten nuestras emociones debemos recordar cuáles son
sus objetivos y no darles mayor importancia de la que realmente tienen.
Se trata de
un canal o un medio de comunicación como cualquier otro y nada más
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