Es bien sabido que el
colesterol es esencial para producir hormonas, forma parte de las membranas,
del cerebro y por lo tanto el cuerpo tiene mecanismos para asegurar su
regulación.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2928124/figure/d30e317/
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2928124/figure/d30e317/
El colesterol de la dieta
es absorbido y se une a lipoproteínas para circular por la sangre y que las
células lo utilicen para sus necesidades. El cuerpo fabrica colesterol que
complementa al de la dieta para cubrir las necesidades.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15376621
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15376621
El colesterol malo LDL
lleva el colesterol por la sangre a todas la células. El exceso de colesterol
puede formar placas de ateroma.
El colesterol bueno HDL
recoge el colesterol sobrante y lo lleva al hígado evitando que se deposite en
las arterias y forme placas de ateroma, las cuales disminuyen la luz de la
arteria y aumenta la presión arterial.
Llega la época navideña y
los excesos en las comidas pueden pasar factura, sobre todo a los niveles de
colesterol. Se estima que durante estas fiestas los españoles ganan de media
entre dos y tres kilos de peso y pueden incrementar sus niveles de colesterol
hasta un 10%.
El descontrol en el comer
y el beber durante las fiestas pasan factura a la salud. Y no solo con el
aumento de peso, que se cifra entre dos y tres kilos de media, sino en uno de
sus acompañantes habituales: el colesterol malo, con banquetes ricos en grasas
y calorías, sin olvidar que es una época propicia para los descuidos de la
medicación crónica, pueden incrementar el riesgo cardiovascular.
Además, consumir más
grasas saturadas durante unos días está asociado a un relajamiento que puede
provocar la pérdida de los buenos hábitos dietéticos establecidos durante el
resto del año y hacer que, una vez finalizadas las fiestas, se perpetúe una
pauta inadecuada de alimentación.
Aunque los especialistas
animan a disfrutar de las comidas de estas celebraciones, hay que ser
cuidadosos para no llevarse un buen susto después de las fiestas. Lo mejor es
ser consciente de lo que se ingiere: no hay que comérselo ni bebérselo todo.
Controlar el
colesterol Mantener a raya el colesterol es fácil.
Basta con seguir unas
sencillas pautas dietéticas para restringir la ingesta de grasa, sobre todo la
saturada, que es uno de los nutrientes que más lo incrementa.
Antes de cocinar la carne
de ave, es mejor quitar la piel. Si no es posible, retirarla antes de comer. Es
uno de los lugares donde más se almacena este tipo de grasa.
Evitar cocinar con
mantequilla o nata y preferir el aceite de oliva, que es una grasa
cardiosaludable.
Optar por los lácteos y
derivados desnatados y por los quesos con bajo contenido en grasa. Los lácteos
enteros y los quesos curados son muy ricos en grasas saturadas. Limitar al
máximo los embutidos, aperitivos salados, salsas, bollería industrial y
alimentos precocinados.
Los especialistas de la
FEC estiman que escoger de manera adecuada los alimentos ayuda a reducir hasta
un 50% la ingesta de colesterol y un 74% las grasas saturadas a lo largo del
día. Añaden que la vitamina C de algunas frutas (melón, fresas, kiwi y cítricos
en general) y verduras (tomate, pimiento, col y coliflor) tiene un papel
protector en las enfermedades cardiovasculares y que los lácteos con esteroles
vegetales ayudan a reducir los niveles de colesterol.
El aporte de grasa
proviene, básicamente, de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados
del pescado (sobre todo, azul) y el aceite de oliva.
Es importante no olvidar
el papel que juegan las verduras, hortalizas y frutas, las legumbres, los
cereales (mejor integrales) y los frutos secos (ricos en fibras, vitaminas,
minerales y antioxidantes).
Por otro lado, la
práctica de ejercicio físico aeróbico (caminar, nadar, correr...) de tres a
cinco veces por semana, que además de ayudar a mantener un peso adecuado y a
prevenir la obesidad, ha demostrado aumentar el colesterol bueno (HDL) y
disminuir la porción perjudicial, LDL.
Realizar actividad física
de intensidad moderada, como caminar a buen ritmo, es beneficioso cuando se
practica durante al menos 30 minutos la mayor parte de los días.
Por contra, tal y como advierten
desde la American Heart Association (AHA), la inactividad física contribuye al
desarrollo de obesidad, hipertensión arterial, bajos niveles de colesterol
bueno y diabetes, todos factores de riesgo cardiovasculares.
Ante un diagnóstico
médico de colesterol y solo si la dieta y el régimen de actividad física no
aportan los resultados esperados, el médico establecerá tratamiento
farmacológico, que es distinto según el tipo de dislipemia que sufra la persona
(hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia o ambos).
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2323114/0/colesterol/comidas-navidad/dietas/#xtor=AD-15&xts=467263
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1 comentario:
Nice information and positive thinking energy.
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