Se recomienda comer 5
raciones de frutas y verduras diarias para tener digestión y defecación
correctas, para no tener carencia de vitaminas y minerales, para retrasar el
deterioro cognitivo y la demencia senil y para prevenir ciertas enfermedades
crónicas , cardiovasculares, y ciertos tipos de cáncer. Además te ayudaran a
dormir mejor.
Las frutas y vegetales
dan color a tu plato y salud a tu cuerpo.
Un estudio reciente demuestra que
las espinacas pueden ser una fuente inagotable de nutrientes para el cuerpo y
la mente. Asi pues la adición de más espinacas y otras
verduras de hoja verde a la dieta podría retrasar el deterioro cognitivo a
medida que envejece.
Los investigadores siguieron la dieta de más de 950 adultos mayores durante mas de una década. Los participantes se sometieron a una batería de pruebas cada año para evaluar las capacidades cognitivas.
Los investigadores encontraron que los hombres y las mujeres que comieron una o dos raciones de verduras de hoja verde al día tenían la capacidad cognitiva que las otras personas y esto se podia cuantificar como que eran 11 años más jóvenes que los que consumían ninguna.
Se observaró en
los que consumían mas vegetales que tenían en su plasma niveles mas elevados de
vitamina K, la luteína, ácido fólico y betacaroteno que muy probablemente
habían ayudando a preservar las funciónes cerebrales.
En otro estudio participaron 8.400
personas entre 2007 y 2010.
De los participantes, 753 (9 por ciento) eran comedores habituales de manzanas - al menos una pequeña manzana por día - y el resto eran personas que no comían manzanas.
De los participantes, 753 (9 por ciento) eran comedores habituales de manzanas - al menos una pequeña manzana por día - y el resto eran personas que no comían manzanas.
Comedores de manzanas eran ligeramente menos propensos a tomar medicamentos con receta y eran menos propensos a fumar.
Los expertos coincidieron en que comer manzanas podrían ser de al menos una señal de un estilo de vida más saludable, sin embargo.
Las manzanas son una buena fuente de fibra soluble,
vitamina C y ciertos flavonoides,
así como muchas frutas y verduras.
Por estas razones, las manzanas
ayudan a disminuir nuestro colesterol malo LDL, reforzar
nuestro sistema inmunológico y nos previenen contra el cáncer.
Debemos aprovecharlas en lugar de postre o como parte de un aperitivo con algunos frutos secos o queso bajo en grasa.
Debemos aprovecharlas en lugar de postre o como parte de un aperitivo con algunos frutos secos o queso bajo en grasa.
El estudio fue publicado en línea el 30 de marzo en la revista journal JAMA Internal Medicine.
Texto extraido de : http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/videos/news/Leafy_Greens_033115-1.html
En definitiva hay alimentos que no
deben faltar en nuestra mesa, como son las frutas, vegetales y otros que nos proporcionen
proteínas y grasas saludables.
A titulo de ejemplo y dependiendo de la estación del año:
Frutas: Manzana, Fresa, Melón, Kiwi, uvas, granadas, cítricos etc
Frutas: Manzana, Fresa, Melón, Kiwi, uvas, granadas, cítricos etc
Vegetales: Espinacas,
brócoli, coles, calabacín, berenjena, aguacate, tomate, etc.
Otros alimentos
saludables entre los que podemos elegir por sus propiedades nutricionales serían:
1. Acerola o
naranja. Muchas frutas son
ricas en vitamina Cy ácido fólico ha determinado que las mandarinas
o las naranjas o la acerola, para personas de todas las edades que las
incorporen en su alimentación habitual. Hay que recordar que la fruta debe ser
bien masticada. Un apetitoso plato de naranjas con salsa de nueces y miel, un zumo de mandarinas y limón o una original mermelada de mandarinas nos ayudarán a alternar entre las más comunes de
melocotón y fresa.
2. Brócoli o
calabaza. La primera está
calificada como la verdura de mayor valor nutritivo por unidad de peso de
producto comestible. El brócoli es rica en vitamina C, ácido fólico y niacina y
una buena fuente de provitamina A (beta-caroteno), vitamina B1 y E, nutrientes
a los que se suman los glucosinolatos de alto poder antioxidante y con
experiencia clínica probada en la protección de enfermedades degenerativas como
el cáncer. La calabaza, también con un alto potencial antioxidante en vitamina
A o retinol. Esta resulta esencial para la visión, el buen estado de la piel, los tejidos y para el buen funcionamiento de
nuestro sistema de defensas. Una "receta que suma los dos alimentos, es la
crema de brócoli y calabaza.
3. Arroz integral
o cuscús. Los granos
integrales tienen la concentración de nutrientes y fitoquímicos protectores
mayor. El arroz -en general, aunque elegimos el integral- es un alimento
energético, exento de colesterol y con un contenido en grasa casi nulo. Ayuda a
controlar la tensión y el azúcar en sangre y, además de tener más fibra (el doble que su versión en blanco), proporciona
un sinfín de sustancias protectoras (fitoquímicos antioxidantes). El cuscús es un derivado del trigo, nutritivo y
polivalente. En la cocina, los cereales potencian sus bondades si se combinan
con legumbres, verduras o proteína vegetal (tofu, tempeh...). Si queremos experimentar, podemos probar cereales
más exóticos que rompan la monotonía, como son el mijo, la quinua o el bulgur.
4. Anchoas o
verdel. Desde el punto de
vista nutricional, el pescado es un alimento con una composición parecida a la
de la carne, pero con marcadas diferencias, en ácidos grasos. Todos ellos son
ricos en omega-3, que contribuye a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos, y además aumenta la fluidez de la
sangre. En cuanto a las vitaminas, destaca la presencia de algunas
pertenecientes al grupo B (como la B2, B3, B6 y B9 y B12). Las anchoas pueden
degustarse como ración, aunque ofrecen muchas otras posibilidades gastronómicas. Lo mismo ocurre con el verdel, que se puede preparar de muy diversas maneras.
5. Nueces o pipas
de calabaza. Las nueces
contienen ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega-3, una grasa que tiene
efectos cardiosaludables, y un agregado de compuestos bioactivos que podrían
actuar contra los procesos de inflamación crónica que se dan también en la diabetes. Son frutos secos y como tales destacan por su
contenido en grasa, pero esto no debe ser impedimento para comerlas a diario o de manera habitual. Más de las 3/5 partes de su
peso corresponden a la grasa y esto hace que su contenido calórico sea muy
elevado. Crudas o ligeramente tostadas, contienen vitamina E, ácido linoleico,
zinc y hierro, y además tienen propiedades alcalinizantes y vermífugas: paralizan
los gusanos que parasitan el intestino, como las tenias (solitaria) y los
áscaris. A las nueces y las pipas se pueden sumar otros frutos secos como los anacardos,
almendras, nueces de macadamia, pistachos, castañas...
6. Aceite de
oliva virgen extra o aguacate. Esta pareja no es excluyente, pero es interesante verlos juntos, pues uno
es un zumo y el otro, una fruta. Dentro de los aceites vegetales, el de oliva
encabeza la lista de beneficios para el organismo. En ella se concentran ácidos
monoinsaturados como el oleico, que es el más equilibrado, y el poliinsaturado
ácido linoléico, además de fitosteroles y buena dosis de vitamina E
antioxidante. Este cóctel nutritivo ayuda a disminuir el colesterol malo
(LDL-c) del organismo al mismo tiempo que conserva el bueno (HDL-c) y, en
consecuencia, previene las enfermedades cardiovasculares. El aguacate es rico
en grasas monoinsaturadas (como las del aceite de oliva, aunque menos
abundantes), antioxidantes y minerales. Una crema de aguacate con pepino o un pan de pueblo con aceite y finas hierbas son irresistibles mordiscos de salud.
7. Ajo o cebolla. Las propiedades saludables del ajo son
diuréticas, depurativas, antisépticas y antibacterianas. Las cebollas eran muy
valoradas por los egipcios, al igual que el ajo y el puerro. También en la
época de griegos y romanos las cebollas eran muy consumidas. Además, gracias a
su elevado contenido en fibra, la cebolla aporta sensación de saciedad tras su
consumo y mejora el tránsito intestinal. Se ha puesto muy de moda la cebolla caramelizada y la sopa de cebolla, dos ejemplos que le dan personalidad propia, más
allá del condimento.
8. Lentejas o
garbanzos. Los hidratos de
carbono son los más abundantes y están formados sobre todo por almidón. Sus
proteínas vegetales, aunque en buena cantidad, son incompletas, puesto que son
deficitarias en metionina (aminoácido esencial). No obstante, si se combinan con cereales como el arroz, alimentos ricos en dicho
aminoácido, se convierten en proteínas de alto valor biológico, equiparable a
las que aportan los alimentos de origen animal. El aporte de fibra es
importante.
9. Pollo o pavo. Mejor de corral.
La pechuga, cuyo contenido en proteínas es mayor que el que presenta el
muslo. Respecto a las vitaminas, destaca la presencia de ácido fólico y
vitamina B3 o niacina. Entre los minerales, el nivel de hierro y de zinc es
menor que en el caso de la carne roja, aunque supone una fuente más importante
de fósforo y potasio. Es un alimento magro, fácil de digerir y de bajo
contenido en grasa y colesterol
10. Chocolate
negro o cacao puro (amargo
por naturaleza, pura dosis de antioxidantes). Aunque con moderación, puesto que
es un alimento graso, no hay que olvidarse de sus bondades. No tiene alimento
alternativo, ningún dulce rico en grasa es capaz de combinar la riqueza en
flavonoides, zinc y fibra, de sustancias antioxidantes que contrarresten el
papel de los radicales libres en su labor preventiva de enfermedades
degenerativas (cardiovasculares, numerosos tipos de cáncer, cataratas,
Alzheimer y otras alteraciones del sistema nervioso). Pero hay que insistir:
solo posee estas propiedades cuando es chocolate negro y amargo, lo más próximo
al cacao puro.
Extraído de http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2014/04/16/219764.php
FOTO EXTRAIDA DE:
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