Los
recuerdos agradables (placer)
y desagradables (dolor) se crean y se almacenan
en múltiples áreas del cerebro,
pero esas áreas están interconectadas entre si de tal forma que cuando un área
(del placer) se potencia; es capaz de inhibir a la otra (del dolor ) y
viceversa. En tiempos de placer el dolor afecta menos. En tiempos de
dolor el placer no se saborea sino que todo se vuelve aún mas negro.
La
amígdala centromedial procesa la información
relativa a si algo es bueno o malo, agradable o terrorífico
y el hipocampo almacena
información acerca de los lugares y eventos particulares de los episodios vividos.
El núcleo acumbens por el
contrario se activa en situaciones de recompensa y placer.
La amígdala,
el núcleo accumbens y el hipocampo se comunican entre sí a través de vías neuronales, de esta forma recordamos además del episodio de nuestra vida la
emoción asociada a él.
La
amígdala nos permite evitar peligros antes de que conscientemente nos demos
cuenta de que es un peligro
El núcleo acumbens nos
lleva a repetir comportamientos que nos proporcionaron placer.
Asi pues
los comportamientos motivados se dividen en dos valencias: Buscando el placer y evitar el dolor. La capacidad
de seleccionar las respuestas de comportamiento adecuadas a los estímulos ambientales,
tales como como evitar un depredador o
acercarse a una fuente de alimento, es fundamental para la supervivencia. Aunque la mayoría de los animales son capaces de aprender a asignar asociaciones positivas o negativas a las señales ambientales, sólo estamos
empezando a comprender los circuitos neuronales subyacentes y la plasticidad que media la formación, revisión o extinción de una memoria asociativa.
Cuando
hay perturbaciones
en los circuitos neurales que median procesamiento de la recompensa,
el miedo, la motivación, la memoria o
el control inhibitorio, podemos observar
una serie de enfermedades, tales como el abuso de sustancias, trastorno
de déficit de atención, la ansiedad y la
depresión.
Estos son
algunos de los
trastornos neuro-psiquiátricos más prevalentes, y muestran una alta tasa de comorbilidad con otros, ya que los pacientes diagnosticados con trastornos de ansiedad
o del estado de ánimo son aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar un trastorno
de abuso de sustancias.
El mecanismo neuronal que
explica estos comportamientos se puede resumir en las neuronas de la Amigdala proyectando
sinapsis al núcleo accumbens (proyectores
NAC) o la
amígdala centromedial (proyectores
CEM); que cuando se activan inhiben los
cambios sinápticos siguientes activados
por el temor(amigdala) o la
recompensa (núcleo accumbens).
Encontramos que la
estimulación de proyectores NAC del núcleo accumbens son el refuerzo positivo mientras que con la estimulación de proyectores CEM de la amígdala sufren un refuerzo negativo. Por el
contrario la inhibición de proyectores
CEM de la amígdala bajan el condicionamiento del miedo y aumentan el placer y la recompensa.
Como conclusión debemos buscar y apreciar
las cosas que nos dan placer y recompensa y evitar caer en el pesimismo, la
ansiedad y la desesperación. En esto consiste el aprendizaje de la vida.
"Nucleus accumbens" por The brain.mcgill.ca. Licenciado sob CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nucleus_accumbens.jpg#/media/File:Nucleus_accumbens.jpg
"Nucleus accumbens" por The brain.mcgill.ca. Licenciado sob CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Nucleus_accumbens.jpg#/media/File:Nucleus_accumbens.jpg
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