Todos tenemos
pensamientos positivos y negativos, recuerdos agradables en los que uno se
puede y debe complacer y recuerdos negativos que hay que desecharlos de la
mente en cuanto irrumpen porque son muy dañinos.
Las emociones que
ocurren en nuestra vida dependen mas que de factores externos, de nuestra
reacción e interpretación que hacemos nosotros mismos.
Un mismo estimulo para
una persona será atractivo, motivante, agradable; y para otra persona el mismo
hecho o estimulo puede ser estresante y desagradable. Debemos aprender a
reaccionar ante los estímulos y las situaciones para evitar que nos resulten
estresantes.
Son pocas las veces que
la mayoría de personas nos ponemos a pensar cuán impactantes pueden ser los
pensamientos para nuestro cuerpo y nuestra salud. En ocasiones nos dejamos
llevar por el estrés, la tensión, la angustia, la prisa y muchos otros
sentimientos negativos que, sin pensarlo, nos pueden afectar tanto emocional
como físicamente, desmejorando nuestra calidad de vida.
Cuando los pensamientos y emociones
negativas traten de apoderarse de nuestra vida y de nuestra salud, es
muy importante tomarse unos minutos para reflexionar y meditar si en verdad vale la pena gastar nuestras energías en
ese pensamiento.
Lo más probable es que
después de hacer este ejercicio, en lugar de lamentarte y dejarte dominar por
esas emociones, quieras darle un cambio a tu vida y buscar soluciones para
que esa negatividad no te afecte y te robe tu calidad de vida.
Está comprobado
científicamente que el positivismo y las buenas emociones, como la alegría, la
felicidad y la risa, liberan hormonas responsables del fortalecimiento
de nuestro sistema inmunológico. Así mismo, se
determinó que las emociones negativas pueden actuar de forma contraria y causar
un debilitamiento del sistema inmune, haciendo nuestro cuerpo más
propenso a contraer diferentes enfermedades.
Ser una persona positiva es
cuestión de decisión, buenos pensamientos y buenas emociones. Vale la pena aplicarnos buenas dosis de positivismo, pues esto
mejorará nuestra salud emocional y física en muchas maneras.
Todos deberíamos tener claro que la
conexión cuerpo-mente es mucho más fuerte de lo que pensamos, pues nuestros pensamientos y emociones pueden ser determinantes a
la hora de estimular la producción de ciertas sustancias que pueden
influir en nuestra salud física y emocional.
Por ejemplo, la
serotonina y la dopamina son dos sustancias que nuestro cerebro libera cuando
tenemos un estado de felicidad o euforia. Algo así
ocurre con las emociones negativas, pero en lugar de hacerle bien a nuestro
cuerpo, le puede generar dolor y muchas otras molestias que impiden
sentirse saludable.
Nuestro cerebro tiene la
capacidad de almacenar información importante y determinante para el
comportamiento y su relación con nuestro cuerpo. Varios expertos coinciden al pensar que todos tenemos la capacidad
de definir lo bueno y lo malo de cada situación, siendo nosotros mismos los responsables de otorgarle una
connotación negativa o positiva a cada uno de los momentos por los que tenemos
que atravesar día a día.
Nuestro ser emocional puede derivar
en algunas molestias físicas que nos pueden indicar que
estamos atravesando por un momento difícil en
el que las emociones y pensamientos negativos nos tienen invadidos. Por
ejemplo, sentir dolor en el cuello constantemente nos podría estar indicando
que tenemos la incapacidad para ver desde diferentes perspectivas.
Una sensación de dolor
inexplicable en las caderas nos puede estar indicando que el miedo nos
tiene invadidos, posiblemente por no sentirnos con capacidad de tomar
decisiones importantes.
El dolor en la espalda
alta está relacionado con el dolor del desamor; el dolor de la
espalda media se relaciona con la incapacidad para soltar el pasado; y el dolor
en la espalda baja está relacionado con el estrés.
Una sensación de dolor en las rodillas
puede indicarnos miedo, orgullo y falta de dominio sobre el ego.
En la siguiente figura se puede ver el desequilibrio termico provocado por difernetes emociones las cuales se pueden distinguir fisiologicamente.
En la siguiente figura se puede ver el desequilibrio termico provocado por difernetes emociones las cuales se pueden distinguir fisiologicamente.
Ver mas en http://mejorconsalud.com/los-efectos-de-las-emociones-y-pensamientos-negativos-en-nuestro-cuerpo/
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